La jungla es un tipo de bioma caracterizado por una humedad constante derivada de las continuas precipitaciones que allí acaecen. Tiene la particularidad de ser extremadamente rico en la proliferación de organismos tanto vegetales como animales. Las junglas se desarrollan en zonas cercanas a los trópicos, en donde el calor es elevado y la estacionalidad en lo que respecta a las precipitaciones es difícil de establecer. Presentan una vegetación que forma distintos estratos, es decir, que alcanza diversos límites de altura, llegando el más extenso a varias decenas, circunstancia que posibilita que existan animales que se desarrollen en estos distintos niveles de altura.
Como es sabido, los rayos del sol caen de forma perpendicular sobre el ecuador, hecho que tiene como contrapartida que exista una temperatura más alta en esta zona. Este calor, cuando se desarrolla en zonas marítimas genera evaporación y la formación de tormentas tropicales. Así, las zonas que corresponden a las junglas sufren la acción de estas tormentas de modo continuo, hecho que tiene como correlato una humedad constante en el hábitat. Este factor facilita enormemente el desarrollo de una cantidad importante de especies vegetales que requieren de una humedad extrema para vivir, como asimismo el desarrollo de animales e insectos que se alimentan de las mismas.
Existe una problemática en muchas ocasiones al intentar distinguir una jungla de un bosque. La principal diferencia al respecto radica en que una jungla se desarrolla en un ámbito de calor extremo y posee las especies adaptadas a dicha situación. Las precipitaciones en este caso son constantes durante todo el año, haciendo la humedad del aire muy alta. En cambio, los bosques pueden desarrollarse en zonas templadas, en donde las precipitaciones están distribuidas de forma desigual a lo largo del año, o en zonas más frías, en donde dichas precipitaciones además pueden efectuarse en forma de nieve.
La Jungla, hoy en día, es un reservorio de vida extraordinario del que todavía sabemos muy poco. En efecto, muchas especies que allí se desarrollan son totalmente desconocidas para nosotros y pueden contener beneficios de gran relevancia. En efecto, por ejemplo, en el caso de las especies vegetales, es sabido que muchas de ellas tienen elementos que pueden servir para medicamentos aplicables al consumo humano. Así, existe un amplio abanico de posibilidades de utilización para muchas especies vegetales y un alto número de chances de que se descubran nuevas especies que reúnan estas características para un futuro no tan lejano.