Los juegos populares son juego que los niños utilizan para divertirse y que tienen la particularidad de tener una estructura de reglas muy difundida. Esta circunstancia favorece el hecho de que se jueguen con mucha frecuencia en los distintos ámbitos en donde exista la oportunidad. Los juegos populares tienen la particularidad, además, de requerir pocos elementos para su puesta en práctica; en efecto, esto trae aparejado que los costos asociados a los mismos sean limitados. Es así como los juegos populares funcionan en muchas ocasiones como una forma de contacto entre niños provenientes de diversos estratos sociales, que pueden aplicarlos sin que exista ninguna limitación al respecto. Algunos ejemplos de juegos populares pueden ser “la mancha”, “las escondidas”, “la gallina ciega”, etc.
Quizá, la forma de dar cuenta de estos conceptos es dando una breve reseña de cada juego. Por ejemplo, en el caso de “la mancha”, el juego se puede poner en práctica cuando el grupo de niños es de tres o más integrantes. El mismo consiste en que uno de los participantes debe correr a las demás para tocarlos; cuando esto sucede, el participante alcanzado se transforma en aquel que debe correr a los demás. En algunas ocasiones puede suceder que se agregue más de un perseguidor.
En el caso de las escondidas, la gracia consiste en encontrar a uno o varios participantes que se esconden. Así, un participante se tapa la vista y cuenta hasta un número determinado, esperando que los demás se escondan en un sitio. Cuando deja de contar debe ir a buscar a los participantes ocultos y cuando encuentra a alguno debe volver al sitio en que comenzó para que el mismo quede fuera del juego. Este proceso se repite continuamente hasta que descubre a todos o hasta que alguno de los ocultos llega hasta el punto de partida primero, salvándose él y eligiendo salvar a otros.
Finalmente, en la gallina ciega, se tapa los ojos a uno de los participantes y se lo da vueltas repetidas veces hasta que se le hace perder la orientación. Posteriormente, dicho participante deberá intentar tocar a los demás sin poder verlos; cuando otro niño es tocado, deberá ocupar el lugar de la gallina ciega.
Como vemos todos estos juegos son harto fáciles de implementar y los requerimientos para su implementación son casi nulos, tan solo es necesaria la buena predisposición. Sin lugar a dudas muchos de nosotros lo hemos practicado en nuestra infancia con mucho regocijo.