Si bien su obra es de las menos voluminosa, el escritor mexicano Juan Rulfo, por calidad y talento, supo erigirse en uno de los máximos exponentes del Realismo Mágico, aquel género literario, surgido durante el siglo pasado, que ha tenido entre sus filas a nada más y nada menos que Gabriel García Márquez (Cien años de Soledad) y que se destaca especialmente por su afán de mostrar lo irreal, lo extraño o curioso como algo ordinario y cotidiano.
Dos obras nomás lo llevaron a ocupar uno de los lugares más altos en la estima de los lectores: El llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955), pero claro, fueron suficientes para catapultarlo a la fama y para registrar un tipo de relato en el cual sobresalían los personajes típicos de los escenarios americanos, con sus tradicionales problemas socio culturales, emparentados con un mundo de fantasías que se mezcla con la realidad.
Rulfo nació el 19 de Mayo del año 1917, en Sayula, Jalisco, México.
Su infancia estuvo marcada por la tragedia, primero perdió a su padre con tan solo siete años, y cuatro años después a su madre.
Inmediatamente después pasó a vivir con su abuela y luego en un orfanato en Guadalajara.
Hacia 1934 se muda a la Ciudad de México y da inicio a una labor en el Gobierno, en Inmigración.
Más tarde, en 1938 tiene la posibilidad de comenzar a viajar por diversas regiones del país y al mismo tiempo, sus inquietudes literarias comenzaron a aparecer en diversas publicaciones literarias.
En el llano en llamas, por ejemplo, Rulfo, narra la realidad que atravesaban los campesinos de país y en Pedro Páramo, considerada su obra maestra, Rulfo, narra las vicisitudes de un hombre que le promete a su madre en su lecho de muerte que se llegaría hasta su padre para reclamar por aquello que les pertenece…
También la fotografía y el cine formaron parte de la vida profesional de Rulfo.
El cine tomó varias de sus historias y las inmortalizó en la pantalla grande, tal es el caso de El Despojo (1960), El gallo de oro (1964) y El Rincón de las vírgenes (1972).
Y asimismo hubo espacio para los reconocimientos tanto en su patria como fuera de ella; en 1970 recibió el premio Nacional de Literatura en México, en 1983 ganó el Premio Príncipe Asturias y en el año 1976 fue elegido como miembro de la Academia mexicana de la lengua.
Falleció el 7 de Enero del año 1986, en la ciudad de México a los 68 años.