José Zorilla fue un poeta y dramaturgo de origen español, de notable influencia en su patria, durante el siglo XIX.
Entre su vasta producción se encuentran poemas, leyendas y obras de teatro, todas ellas dueñas de una impronta única que sería la que lo destacaría de la media y lo convertiría en uno de los autores más importantes y de mayor influencia de su época.
José Zorilla y Moral nació en Valladolid el 21 de febrero del año 1817.
Sus primeros años los pasó en Valladolid, Burgos y Sevilla y ya cuando tenía nueve años su familia se asienta en Madrid.
Su padre era funcionario en la Real Chancillería y siempre se destacó por ser un hombre conservador y muy riguroso en las formas, hecho que afectaría el desarrollo y los intereses de su hijo, los cuales por supuesto jamás entendería.
Por mandato de su padre, Zorrilla, fue enviado a la Universidad de Toledo a estudiar Derecho, carrera que luego continuó en la de Valladolid pero con la cual no se sentía a real gusto ya que su gran interés pasaba por otro lado: la literatura.
Para 1836, Zorrilla, decidió hacer valer sus intereses, abandonó la carrera de Derecho y comenzó a frecuentar los ambientes bohemios y literarios de Madrid, aunque, ese corte con su familia significarían tiempos de penurias económicas.
Sus primeros pasos artísticos los daría publicando poesías en el diario El Artista y recitando en el Café Nuevo.
La primera obra de teatro, Juan Dándolo, la publicó en el año 1839.
Poco a poco, su nombre y su producción fueron in crescendo en popularidad y así es que entre los años 1840 y 1845 fue contratado por un empresario teatral de manera exclusiva para que escriba obras para el Teatro de La Cruz.
Estuvo casado en dos oportunidades, primero con Florentina O’Reilly y luego con Juana Pacheco.
También supo tener una importante cantidad de amantes.
Por otra parte fue miembro del Teatro Español y de la Real Academia.
En 1855 parte hacia México donde permanecería por una década y sería uno de los protegidos del Emperador Maximiliano I, quien incluso hasta lo nombraría como director del Teatro Nacional.
Para 1866 regresa a su país y aunque constantemente recibe reconocimientos por su labor no logra superar los apuros económicos de siempre.
El 23 de enero del año 1893 fallece en Madrid.
Tras su muerte, el ayuntamiento de su ciudad natal decidió adquirir la casa en la cual el autor pasó sus primeros años y la convirtió en su casa para homenajear de por vida su memoria