José Martínez Ruíz, mejor conocido como simplemente Azorín, fue un reconocido autor español que se destacó en el campo de la novela, en la dramaturgia, el ensayo y hasta en la crítica literaria. Y por otra parte tuvo una notable participación en la política y en las ideas políticas de su tiempo.
Azorín perteneció al reconocido movimiento de la generación del 98 al cual pertenecieron un nutrido grupo de autores que se sintieron muy defraudados con su país tras perder la guerra contra Estados Unidos y la pérdida de algunas colonias consideradas fundamentales como son Cuba, Filipinas, Guam y Puerto Rico. Esa crítica totalmente negativa que esta generación realiza sobre el acontecer de ese tiempo en su país se ve impactada en la mayoría de las obras que se jactan de su subjetividad.
Azorín nació en el municipio valenciano de Monóvar, un 8 de junio del año 1873, en el seno de una familia numerosa y económicamente acomodada.
De su padre, un reconocido dirigente político de su tiempo, heredaría la pasión por la política. Estudió leyes y en este tiempo se acerca a las propuestas Krausistas y al anarquismo. Libertad de cátedra y tolerancia académica, y abolición del estado, son las máximas de ambas ideologías, respectivamente, que en este tiempo lo dominan y mandan.
Escribió muchas críticas literarias, especialmente de aquellas obras que gozaban de un preeminente contenido social.
Hacia el final de la primera década del siglo XX, ya estaba metido de lleno en la política e incluso desempeñó cargos públicos, como legislador y también estuvo en un cargo clave en la subsecretaria de instrucción pública.
Ya pasada la primera década del siglo XX, Azorín, es el crítico estrella de uno de los periódicos más importantes de Barcelona como es La Vanguardia.
También fue miembro de la prestigiosa Real Academia Española que tiene la responsabilidad de regular la lingüística española justamente.
Durante la Guerra Civil española debió exiliarse con su familia en Francia para luego regresar cuando las aguas se tranquilizaron.
Entre los galardones más importantes que recibió se cuenta la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que justamente premia a los hombres y mujeres más destacados de la ciencia y la cultura. Imposible que no lo recibiese él con tanto aporte fenomenal a la cultura de su patria.
Tuvo una vida ciertamente longeva falleciendo a los 93 años de edad, en Madrid, un 2 de marzo del año 1967.