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Biografía de José de Ribera

Laura Cabrera Guerrero
Historia del Arte
Tenía 61 años. José de Ribera y Cucó fue un aclamado pintor español barroco, que podríamos considerar más bien italiano, porque pese a sus orígenes españoles, siendo muy joven emigró a Italia, donde creyó que su carrera artística podría ser más fructífera. Allí, italianizó su nombre a Giuseppe Ribera, aunque la mayoría de italianos lo conocían por el apodo de Lo Spagnoletto, que en italiano significa “el Españolito”. Sabemos que este apodo venía por ser español y por su baja estatura, de ahí a ser en diminutivo, para dar sensación de algo pequeño.

12/01/1591

Nació en Játiva (Valencia), aunque no tardó en instalarse en Italia siendo aún muy joven.

Su estilo pictórico era puramente barroco, y sus obras truculentas y muy explícitas, incluso demasiado para este movimiento artístico. Como Caravaggio, del cual Lo Spagnoletto era un gran admirador, en las pinturas de Ribera predominaba el tenebrismo; ese naturalismo y gusto por mostrar a los personajes en los momentos álgidos de dolor, en el punto culminante de una acción, con un dramatismo, teatralidad y expresividad de categoría. Interpretó el naturalismo de Caravaggio dando un paso más allá, era aún más exagerado con ciertos elementos de sus pinturas, destacando la crispación, la dureza… y a veces hasta lo macabro.

Las similitudes de Ribera con el gran Caravaggio no acaban ahí. Ambos, además de ser excelentes y lúgubres pintores, llevaron un estilo de vida que hacía juego con sus pinturas, con las sombras y tinieblas.

José de Ribera tuvo una vida promiscua, cargada de conflictos, reyertas… No sabemos si en España hubiera acabado de la misma forma, pero uno de los motivos que contribuyó a este estilo social fue su asentamiento en el reino de Nápoles, territorio español por aquella época, que se encontraba en plena fase de esplendor cultural y artístico. Nápoles es una de las ciudades italianas más famosas por la mafia, y allí se convirtió en un auténtico Padrino napolitano. Se conservan documentos que explican sus negocios truculentos, de legalidad dudosa.

Ejerció de prestamista e incluso dio alguna que otra paliza a aquellos con quien pactaba y no pudieron pagarle a tiempo.

Cuando llegó a Nápoles era aún bastante joven, pero gracias a su período previo en la ciudad de Roma, José de Ribera ya tenía una gran reputación artística, lo consideraban todo un maestro barroco pese a su edad. La mayor parte de los encargos que recibió eran de la Iglesia, aunque también ejecutó algunos encargos privados para familias o coleccionistas acaudalados.

Por ende, la mayoría de su catálogo pictórico, de acuerdo con lo que correspondía al Barroco, son obras de temática religiosa. Sin embargo, llevó a cabo ciertas pinturas excepcionales con personajes mitológicos o alegóricos, todo ello gracias a su situación privilegiada como pintor de virreyes y otros nobles con poder.

Debido a esa cierta similitud técnica con Caravaggio, durante mucho tiempo los historiadores han tendido a juzgar erróneamente a Ribera, tachándolo de artista lúgubre, tenebrista, e incluso desagradable, creador de obras demasiados violentas, explícitas y de mal gusto.

Un escritor afirmó que el artista “empapaba el pincel con la sangre de los santos”, haciendo alusión a algunas de sus obras religiosas y los martirios que compuso. Dicha frase ha pasado a la posteridad, formando una idea previa equivocada ante el público sobre su figura.

Como muchos otros grandes pintores de la historia, Ribera fue un artista interesado en el avance, y su paleta colorística y estilo pictórico iba evolucionando a lo largo de las décadas. No siempre utilizaba tonos tan oscuros, su tenebrismo y claroscuro de la etapa inicial se vio sustituido más adelante por un estilo más brillante y puramente colorista, mucho más luminoso, dinámico y sensual. En este caso, la influencia directa venía dada por el Renacimiento veneciano, caracterizado por el gran dominio del color y la importancia en la representación atmosférica y el dominio de la luz, siendo sus máximos exponentes Giorgione y Tiziano.

02/09/1652

Ribera murió en la ciudad de Nápoles, donde acabó pasando la mayor parte de su vida. Desde su marcha a Italia, siendo tan joven, jamás regresó a España, su país natal. Según fuentes conservadas, cuando preguntaban al artista el motivo por el cual no deseaba volver, él siempre respondía que le gustaría volver algún día a España, pero no lo hacía debido al bajo grado de consideración que se le daba a ciertos artistas. Ribera creía firmemente que los españoles trataban mejor a los forasteros que a sus propios ciudadanos.

La importancia de este excepcional artista se ha extendido poco a poco en todo el arte europeo, tanto por su actividad pictórica como por su faceta de grabador. La crítica moderna ha acabado reconociendo que Ribera fue mucho más que un pintor tenebrista, y ahora se le considera al fin uno de los creadores barrocos con un registro estilístico más amplio de todo el siglo XVII en Europa.


Autora

Escrito por Laura Cabrera Guerrero para la Edición #133 de Enciclopedia Asigna, en 02/2024. Laura es estudiante avanzada en la carrera de Historia del Arte en la Universidad de Barcelona. Aficionada a leer y escribir sobre la historia, el arte, la mitología, la música y la literatura.