Jhon Dillinger no realizó ninguna acción a favor del prójimo o del bien común que le valiese un reconocimiento o una distinción, ni mucho menos, sin embargo, fue una personalidad sumamente reconocida durante la primera parte del siglo pasado por hacer justamente lo opuesto: dañar el bien común y ajeno de cientos de estadounidenses como consecuencia de la serie de robos a bancos que estelarizó.
Por tales fechorías fue uno de los delincuentes más buscados y perseguidos.
Sus modus operandi y la facilidad con la cual eludía a las fuerzas de seguridad lo convirtieron en un personaje híper popular que conmovió a los medios de prensa y por ende a la opinión pública de su tiempo.
John Herbert Dillinger nació en Indianápolis, el 22 de junio del año 1903.
Tras un brevísimo paso por la armada de los Estados Unidos, de la cual desertaría, regresa a su ciudad natal y se casa con su joven novia Beryl Ethel Hovious, sin embargo, la unión no duraría más de cinco años y la pareja se divorciaría ante la inestabilidad económica y laboral de Dillinger.
En 1924 comienza su carrera delictiva y el debut no fue para nada auspicioso ya que fue capturado y sentenciado a nueve años de cárcel.
En prisión, justamente, se terminaría por recibir de delincuente gracias a las enseñanzas recibidas por parte de sus compañeros y además se destacaría como un gran jugador de beisbol.
Cuando recupera su libertad en el año 1933 se dedica de lleno a la delincuencia, especialmente al asalto de bancos.
Cabe destacarse, que en aquellos tiempos de dura recesión económica tras el crack del año 1929, la gente se encontraba ciertamente molesta con los bancos, por caso, muchos llegaron a ver en Dillinger a una especie de Robin Hood que hacía justicia al robarle a los banqueros que tanto mal habían causado a las finanzas de la patria estadounidense.
A esto se le sumaba que sus robos se caracterizaban por el prácticamente nulo uso de la violencia.
Un párrafo aparte se merece sus espectaculares escapadas de la prisión, siempre haciendo uso de singulares estrategias y de la ayuda de sus cómplices.
En el año 1934 regresa a Chicago y cambia de identidad, aunque de poco le valdría la jugada ya que en una salida al cine con su novia sería interceptado por el FBI, ya en ese tiempo manejado por J. Edgar Hoover, y finalmente moriría asesinado a balazos.
Recientemente, la figura de Dillinger volvió a recobrar notoriedad gracias a la super producción de Hollywood, Enemigos Públicos, estelarizada por el actor Jhonny Depp y en la cual se relatan sus aventuras.