La vida de la raza negra hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX no era para nada fácil en los Estados Unidos como ya sabemos.
La segregación, la discriminación y la violencia que se ejercía contra la minoría negra eran una realidad y que costó tiempo, mucha lucha y sangre superar.
Y el boxeador negro Jack Johnson, quien goza del hito de haber sido el primer hombre negro en convertirse en campeón del mundo de los pesos pesados vaya que lo supo por aquel tiempo…
De todos modos y a pesar de los tremendos ataques sufridos y también gracias a su lucha y esfuerzo, Johnson, consiguió darle a su raza tan maltratada una de las primeras conquistas deportivas importantes en tierras estadounidenses.
Nació como Arthur John Johnson en Texas, un 31 de marzo del año 1878, en el seno de una familia por demás de humilde y sometida a esclavitud.
Desde la cuna se enfrentó a las necesidades económicas y a la discriminación del mundo blanco y ello lo llevó a desenvolverse de manera peleadora y siempre provocadora.
De niño participaba de peleas muy crueles para ganar algo de dinero y hasta que se hizo reconocido en el ámbito boxístico supo ofrecerse para pelear a cambio de unos dólares.
Estas peleas de pueblo que protagonizaba le granjearon fama y le dieron un lugar en el circuito, aunque claro, su condición de negro siempre lo relegaba para poder acceder al máximo título de campeón del mundo, algo que solo estaba permitido a los blancos en aquellos años.
Para comienzos del siglo pasado, Johnson, ya ostenta un importante record de peleas ganadas tanto frente a rivales negros y blancos.
En diciembre de 1908 consigue la oportunidad que tanto había buscado, pelear por el título del mundo y ante el boxeador Tommy Burns a quien había seguido a sol y a sombra por todas partes para que acepte su reto.
Este finalmente aceptó y la pelea fue un rotundo triunfo de Johnson quien no paró de castigar a su rival.
Lamentablemente, ese triunfo no consiguió erradicar el norme desprecio y odio que primaba por aquella época entre negros y blancos y a Johnson se le hizo cuesta arriba mantenerse en el ruedo.
Incluso en 1913 la justicia fue por él y pasó largos años exiliado en Europa para no cumplir una condena a la que fue sentenciado por haber violado la llamada ley de tráfico de personas blancas.
Durante los años fuera de su país siguió peleando y realizando exhibiciones.
En 1920 regresa a Estados Unidos y cumple la condena en suspenso.
En el año 1945 realiza su última pelea y al año siguiente, un 10 de junio de 1946 fallece en un accidente de auto.