La inspiración se valora de una forma especial en cualquier proceso creativo en el que surge la chispa, es decir, brotan las ideas de una forma espontánea y natural. Cualquier escritor saca el máximo partido a sus momentos de inspiración, a esos momentos de trabajo que son totalmente imprevisibles, es decir, no surgen de una planificación previa porque la mente no es una máquina. Un escritor puede tomar ideas para inspirarse en su trabajo cotidiano a partir de situaciones de su día a día, a través de una película, mediante un buen libro, en una conversación con amigos… La inspiración muestra que el ser humano necesita salir de sí mismo para seguir aprendiendo constantemente de otros. Existe una película fantástica que sirve para reflexionar sobre el valor de la inspiración: El ladrón de palabras.
Una inspiración es aquello que evoca en ti algo especial. Un gancho que conecta con una gran idea. La inspiración es agradable, sin embargo, cualquier artista descubre que existen muy pocos momentos de inspiración en comparación a las largas horas de trabajo frente al folio en blanco. Por eso, la mejor filosofía que tiene cualquier artista es: “Que la inspiración te encuentre trabajando”. Es decir, podríamos decir que para estar inspirado también es recomendable tener una buena predisposición de trabajo en relación con unos hábitos de horarios regulares, un entorno de trabajo acogedor, una rutina profesional concreta…
Dentro de los escenarios que son ideales como punto de inspiración conviene destacar que la naturaleza es un marco perfecto de bienestar que produce sensaciones y emociones muy agradables. Al estar en contacto con la naturaleza, la mente se siente desbordada por la perfección de tanta belleza, además, al respirar aire puro, cualquier persona se siente más relajada y tranquila. Conecta más consigo misma. Y en este entorno de bienestar absoluto, también fluyen mejor las ideas porque para tener una buena inspiración es fundamental estar bien descansado y relajado.
Las personas que arrastran altas dosis de estrés y de cansancio tienen pocos momentos de inspiración porque el estrés es agotador en sí mismo. Un momento de inspiración es una especie de momento mágico a través del que una persona puede dar rienda suelta a toda su creatividad gracias a ese chispazo de luz que da lugar a una idea brillante, original y genuina.