El verbo inferir implica ir más allá de la comprensión literal de una información dada, por lo que la inferencia se define como la conclusión o juicio de valor que se extrae de esa información.
Un ejemplo de ello podría plantearse a partir del siguiente texto: “Mi padre nació el mismo año en que el hombre llegó a la luna”. Si a continuación le preguntásemos a alguien cuándo nació mi padre y respondiese que en 1969, entonces estaría realizando una inferencia, puesto que en el texto no aparece de forma explícita dicho año.
El proceso de inferencia
Para alcanzar la conclusión anterior, la persona que hubiera respondido a dicha cuestión, ha tenido que seguir un proceso en el cual primeramente ha debido leer el texto, luego comprender su contenido, reflexionar sobre el tema, recordar conocimientos previos y finalmente dar su respuesta.
A partir de aquí puede decirse que la inferencia se puede utilizar en tres fases distintas. Habría una primera antes de recibir la información, en la que simplemente por el contexto se podrían formular ciertas predicciones o hipótesis sobre el tema. Posteriormente, mientras se recibe la información ya es posible ir formulando inferencias o reformulándolas si se creyese que son erróneas. Y por último, una vez recibida toda la información, se podrá diferenciar entre los datos explícitos recibidos y las ideas que se infieren de la misma.
Estadística inferencial
En el campo de las matemáticas y la estadística también se usa el término inferencia para referirnos a las deducciones que podemos realizar a partir de observar una cosa. Más concretamente, la estadística se puede dividir en dos grandes ramas: la descriptiva y la inferencial. Mientras que la primera se ocupa básicamente de recoger datos, organizarlos y clasificarlos, la estadística inferencial estudia las predicciones que se puede hacer a partir de esos datos.
Las predicciones de esta parte de la estadística se realizan sobre grupos de muestra que representan al total de la población, siendo muy importante mantener un alto grado de fiabilidad y confianza en los métodos utilizados para el estudio de los datos.
O sea, que la estadística inferencial sería el conjunto de técnicas que permiten obtener unas conclusiones que exceden los límites del conocimiento obtenido a partir de los datos originales.
Un ejemplo de este tipo de inferencia son las encuestas electorales, donde se realizan predicciones de unos resultados generales basándose en los datos obtenidos de una muestra reducida de la población.