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¿Qué y cómo fue la Independencia de Estados Unidos?

Mercedes Roch
Lic. en Historia

Definición

La Revolución de Independencia de Estados Unidos fue una lucha por la libertad y la emancipación, inspirada en las ideas de la Ilustración, que inició en el año 1763. Mediante la misma, las Trece Colonias de Norteamérica lucharon por obtener su soberanía política y económica, la cual finalmente lograron luego de que, en 1783, Gran Bretaña reconociera de forma oficial la independencia del país. El impacto fue tal, que repercutió en las distintas luchas independentistas erigiéndose como modelo antimonárquico para los países de América Latina que iniciaron sus procesos emancipatorios en el siglo XIX.

Antecedentes

En 1607, la Compañía de Virginia, con el apoyo del monarca inglés Jacobo I, estableció la primera colonia permanente en Jamestown. A partir de ese momento, la potencia imperial expandió su conquista en la costa este de América del Norte, fundando otras colonias como Massachusetts, Nueva York, Pensilvania y Virginia. Así, parte del territorio que actualmente corresponde a Estados Unidos fue colonizado por Gran Bretaña que instauró allí sus Trece Colonias de Norteamérica.

Las colonias británicas en América del Norte eran diferentes a las colonias de otras potencias europeas ya que no solo se explotaban sus recursos naturales, sino que también se utilizaron para crear nuevos mercados en los cuales insertar los productos británicos manufacturados. Por tal motivo, la economía de Gran Bretaña dependía de los ingresos de las colonias.

A pesar de lo mencionado, las colonias no contaban con representación política en el Parlamento británico. Si bien sus habitantes se manifestaron en contra de dicha situación, Gran Bretaña no solo se negó a otorgarles derechos políticos, sino que también les impuso una serie de impuestos y leyes restrictivas que terminaron por incentivar a la lucha por la independencia.

Desarrollo

La Revolución de Independencia de Estados Unidos se desarrolló en distintas etapas. En primer lugar, desde la década de 1760, se inició un proceso de resistencia por el cual las colonias americanas comenzaron a negarse a responder a las presiones fiscales y comerciales que Gran Bretaña buscaba imponerles para financiar los costos de la Guerra de los 7 Años. Así fue que se dio inicio a la Revolución de Independencia la cual se intensificó en 1765, año en que Gran Bretaña aprobó la Ley del Timbre que imponía un impuesto sobre el papel timbrado y otros productos impresos en las colonias. Ante esta situación, los colonos se negaron a pagar el impuesto argumentando que al no contar con representación en el Parlamento británico tampoco debían acatar el pago de aquel impuesto.

Para el año 1773, se produjo el Motín del Té de Boston, proceso por el cual los colonos arrojaron al mar cargamentos de té británico como forma de protestar contra el impuesto sobre el té. Al año siguiente, se reunió el Primer Congreso Continental en Filadelfia en el cual las colonias unieron fuerzas para protestar contra las leyes británicas. Es de destacar que las ideas de la Ilustración, como la libertad, la igualdad y la democracia, tuvieron una gran influencia en el proceso revolucionario.

A partir de 1775 se dio inicio a la Guerra de Independencia. En este punto, vale señalar que un año más tarde tuvo lugar un hito fundamental de este proceso ya que, el 4 de julio de 1776, se firmó la Declaración de la Independencia constituyéndose así en la ocasión en que una colonia reclamó su independencia respecto de la potencia imperial que la había colonizado. Si bien la guerra continuó, luego de su derrota en la batalla de Yorktown, en 1783 Gran Bretaña reconoció oficialmente la independencia de Estados Unidos en el Tratado de París.

Al finalizar la guerra, los Estados Unidos tuvieron que enfrentar el desafío de construir una nación independiente e instaurar un gobierno propio. De esta forma, se estableció que el país respondería a una nación democrática basada en una Constitución que protegiera los derechos individuales y las libertades civiles. La fase de consolidación culminó con la elección del primer presidente democrático de los Estados Unidos, George Washington, en 1789.

Consecuencias

La Revolución de Independencia de Estados Unidos tuvo un gran impacto no solo en la historia del país, sino también a nivel global. En primer lugar, la misma culminó con la victoria de las colonias estadounidenses sobre Gran Bretaña, dando lugar al surgimiento de una nueva nación independiente en el mundo. Sumado a ello, la victoria en la Guerra de Independencia permitió a los Estados Unidos expandirse territorialmente, extendiéndose hacia el oeste hasta alcanzar la costa del Pacífico.

Otra consecuencia de la Revolución de Independencia de Estados Unidos fue la instauración de un nuevo modelo político, ya que estableció un sistema democrático representativo en el que el poder residía en el pueblo. Asimismo, su Constitución Nacional (redactada en 1787) estableció el marco legal y político, incluyendo la separación de poderes y la protección de los derechos individuales.

Finalmente, esta revolución fue muy influyente para otras naciones, fundamentalmente para las colonias españolas de Hispanoamérica las cuales comenzaron sus procesos revolucionarios en el siglo XIX. Así, la lucha estadounidense por la libertad se convirtió en un ejemplo para otros países que buscaban su independencia de las potencias coloniales.


Referencias bibliográficas

Bender, T. (2011) “Historia de los Estados Unidos. Una nación entre naciones”, Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #124 de Enciclopedia Asigna, en 05/2023. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).