Indagar se define como la acción de llevar a cabo una investigación o realizar averiguaciones sobre algo. Existen numerosos métodos para conseguir información. El interrogatorio, la negociación, la entrevista y la indagación, son diferentes vías y aunque todas compartan el mismo objetivo, obtener la mayor cantidad de información posible sobre un suceso, difieren en las formas y actuaciones para lograrlo
Puede indagarse por diferentes motivos. En el ámbito judicial y policial, son los cuerpos policiales quienes indagan, buscando elementos e indicios que permitan aclarar la autoría de hechos delictivos.
Los detectives privados son otros profesionales que se dedican a indagar, en este caso, para dar respuesta a las preguntas que les plantean sus clientes
En los procesos de selección de personal, los directores de recursos humanos tratan de indagar para obtener el máximo de información precisa que les permita valorar acertadamente si el candidato es idóneo para el puesto al que aspira.
El proceso de indagar
Indagar requiere de un proceso de recopilación de hechos objetivos, esto es, que no estén sujetos a interpretación. En el curso de este proceso aparecerán hechos que tengan dicha consideración y de los que puedan inferirse otras acciones, que es lo que consideramos indicios, mientras que otros se convertirán en pruebas irrefutables de una acción.
La meta de la indagación es acumular el mayor número de pruebas e indicios posible, de manera que el resultado final se presente ante nosotros de forma clara e inequívoca y permita construir un relato de hechos o extraer unas conclusiones razonablemente veraces.
La clave está en lograr establecer relaciones entre indicios y hechos
Los resultados de una indagación difícilmente son categóricos y suelen necesitar de una interpretación que les otorgue sentido. Por lo general, esta interpretación, si es certera, se ve apoyada por pruebas irrefutables, mientras que si las conclusiones que se extraen están basadas mayoritariamente en indicios, las posibilidades de que éstas sean erróneas, se incrementan.
Así, por ejemplo, un detective puede indagar acerca de la fidelidad de un marido y llegar a la conclusión de que es infiel a su pareja si dispone de pruebas como fotografías comprometedoras que sostengan su conclusión de manera indiscutible. Si el resultado de sus indagaciones se concreta tan sólo en que ha mentido a su esposa acerca de lo que hace o donde se encuentra, puede llegar a esa conclusión de manera errónea, ya que pueden existir otros motivos para dicho comportamiento por mucho que el más evidente parezca ese.