El automóvil no fue invento de él, aunque, sin lugar a dudas, en la impresionante difusión y en que dejase de ser un objeto de fabricación artesanal y con un costo prohibitivo para las clases medias y bajas, por tanto, destinado a un público limitado y pasase a convertirse en un producto de fácil acceso para la clase trabajadora, Henry Ford, fundador de la Compañía Ford Motor Company, resultó ser una figura clave y determinante…
Henry Ford nació el 30 de Julio del año 1863, en una granja, en Greenfield, Dearborn, Estados Unidos; sus padres disponían de una ascendencia inglesa y toda su vida estuvieron abocados al trabajo de campo, algo que particularmente disgustaba a Henry, quien se veía interesado por las máquinas; desde muy joven se ganaba la vida en el pueblo reparando los relojes de sus vecinos.
Cuando contaba con tan solo 13 años de edad, su madre falleció y tal circunstancia lo terminaría por alejar definitivamente de “la empresa” familiar y del campo.
En el año 1879 se asentó en Detroit para trabajar como maquinista; su increíble disposición natural respecto de las maquinarias lo llevaría primero a ser contratado por la compañía Westinghouse para brindarle servicio técnico para sus máquinas de vapor y más tarde por la compañía Edison, que lo contrató como ingeniero.
A partir de este momento y gracias a la mejora de su situación económica, Ford, comenzó a experimentar en la creación de su propio vehículo.
Tras varias experimentaciones y fracasos, en el año 1903, fundó su compañía Ford Motor Company, la cual marcaría un hito en la producción de automóviles…
Inspirado y animado en los primeros automóviles creados por sus colegas Benz y Damler, aunque diferenciándose de plano en el modo y el qué, Ford, a través de su compañía de reciente fundación, Ford Motor Company, comenzó a fabricar en serie automóviles my sencillos y baratos para que pudiesen ser adquiridos por la familia media americana; su simple modelo Ford T puso al automóvil al alcance de la mayoría de la gente, pero además de la cuestión económica, la propuesta de Ford implicaría un enorme hito respecto de los cambios de hábitos de vida y trabajo vigentes a comienzos del siglo pasado y la alteración de la fisonomía de las ciudades de todo el mundo, que empezaban a estar inundadas de automóviles.
El método de producción propuesto por Ford, denominado popularmente como Fordismo, en homenaje a su creador, seguía el modo impuesto en los mataderos de Detroit y consistía en la instalación de una cadena de montaje a base de correas de transmisión y guías de deslizamiento que permitían el desplazamiento automático del chasis del automóvil hasta los correspondientes puestos en los cuales los operarios efectuaban la tarea técnica encomendada.
El mencionado sistema había llegado para abaratar el coste de producción y de las reparaciones por medio de la estandarización del producto y lo más importante: ante el éxito rotundo, llegó para quedarse!
La reducción de los costos era tal que permitió a Ford elevar el salario real de sus empleados bastante por encima de las expectativas de la época, por cinco dólares diarios, Ford, consiguió empleados conformes y trabajando al ciento por ciento de sus posibilidades y además se erigió como el pope de la producción automovilística de aquellos tiempos.
Pronto, esos mismos trabajadores podrían acceder económicamente a su primer automóvil.
El modelo Ford T llegó a vender alrededor de 15 millones de unidades, un hecho que enriqueció a su fundador y colocó a la For Motor Company en una de las importantes compañías industriales.
Pero además, ese desmedido afán por reducir costos, llevó a Ford a promover gran cantidad de negocios e inventos, tal es el caso de la creación de un sistema de franquicias, a partir del cual se establecía un concesionario de Ford en cada ciudad de Estados Unidos, de Canadá y en las principales de cada uno de los continentes.
El 7 de Abril del año 1947, tras sufrir una hemorragia cerebral, Henry Ford, falleció a los 83 años; la compañía quedó en manos de su nieto Henry Ford II.