Biografía de Guillermo Vilas

Nació en la ciudad de Buenos Aires; inmediatamente después de su nacimiento, sus padres, se asentaron en la ciudad balnearia de Mar del Plata, epicentro excluyente de las vacaciones frente al mar de millones de argentinos desde las primeras décadas del siglo XX.

Su padre fue escribano y tuvo una hermana menor.

Empezó a jugar al tenis a la edad de 5 años, motivado por su padre, que era presidente del Club Náutico de Mar del Plata, institución deportiva donde arrancó a jugar.

Estudió en el Instituto Peralta Ramos, y por satisfacer el mandato familiar, estudió dos años de abogacía, a la par de la práctica profesional de tenis.

Número 1 del tenis argentino. Se convirtió en el tenista más importante del país.

Pionero absoluto de su tiempo, fue uno de los primeros en contratar un entrenador a tiempo completo, que no solamente se ocupó de entrenar sus golpes frente a la red sino también de manejar su carrera en general, incluyendo las relaciones públicas. Próspera e inolvidable, fue la dupla que conformó con su coach, el rumano Ion Tiriac.

Técnica, talento y personalidad, cualidades a las que le sumó un enorme esfuerzo de preparación que incluyó: dietas estrictas y rigurosas jornadas de entrenamiento y preparación física. Su objetivo fue lograr la perfección.

Se impuso a Björn Borg en la final del Abierto de la República Argentina. Junto a Borg revolucionaron el circuito masculino de tenis de los años ’70 y ’80. No solamente a través de su rivalidad en la cancha, sino con sus fuertes personalidades. Duros rivales ante la red, pero muy amigos cuando guardaban sus raquetas en los bolsos.

El sueco era muy veloz y eso siempre lo complicó en el mano a mano, incluso, durante cinco años consecutivos no pudo ganarle.

Ganó los Masters de Canadá (volvió a hacerlo en 1976) y el Masters de Montecarlo (repitió en 1982).

Campeón de Roland Garros, el Gran Slam francés, y del Abierto de Estados Unidos.

Fue su mejor año, con 46 triunfos consecutivos, que fueron interrumpidos por una derrota ante Ilie Nastase, pero que luego de este pequeño traspié se convirtieron en 26 más, de nuevo sin interrupciones.

Se consagró en el Abierto de Australia, en los Masters de Hamburgo y Roma.

Ganó la Copa Davis en un dramático y extenso partido ante el francés Yannick Noah. Tras cinco horas de juego, consiguió el hito tan esperado de festejar el campeonato mundial de tenis en Zagreb.

Ganó el Abierto de Montecarlo luego de derrotar al número 2 del mundo, el checo Ivan Lendl.

Transcurría, otro de sus mejores años profesionales, cuando, sorpresivamente, su nombre saltó de los títulos deportivos a los de chimentos…

Se enamoró de la princesa: Carolina de Mónaco. Un paparazzi obtuvo la primicia y la primera prueba de su flamante y “real” conquista, con quien pasó unos días relax en la Isla de Maui, en Hawái.

Se habían conocido la noche del 11 de abril en una exclusiva discoteca; él era una figura del tenis mundial de 29 años, y ella la princesa europea más bella, de 25 años, y recientemente separada de su primer marido Philippe Junot.

Fueron 5 meses de intensa pasión, sin embargo, el cuento de amor entre la princesa y el tenista terminó en gran medida por las presiones de la corona de Mónaco, que en ese momento, se encontraba atravesando un momento crítico tras la repentina muerte de Grace Kelly, la madre de la princesa Carolina, en un accidente automovilístico, el 14 de septiembre.

Según trascendió, una semana después de la fatal muerte de Kelly, se encontró con Carolina, en una posada alejada de los flashes, y le entregó un costoso anillo de Tiffany que tenía grabadas las iniciales de ambos.

Ella le pidió tiempo porque la intempestiva muerte de su madre le imponía tener que asumir obligaciones de estado, es decir, asumir como una especie de primera dama de su padre por ser la hija mayor.

El romance quedó en pausa en ese momento y nunca más se reactivó.

Se negó a jugar el Abierto de Wimbledon por el conflicto bélico entre su país e Inglaterra, sede del mencionado Grand Slam.

Se retiró del tenis profesional. Tenía 37 años.

Dejó su soltería empedernida. Se enamoró de la tailandesa Phiangphathu Khumueang (Phiang), 30 años menor que él, y dejó para siempre al eterno playboy que aglutinó una larga lista de amores y flirteos: modelos, actrices, princesas…

La conoció en un centro comercial de la ciudad de Bangkok. El flechazo de cupido fue tan fuerte que abandonó el grupo de los solteros codiciados que integró por tantos años.

Se casó con Phiang en la Argentina; por iglesia, en una parroquia del barrio de Belgrano, y por civil, tanto en el registro local como en la embajada tailandesa.

Tuvieron 4 hijos: Andanin, que siguió los pasos profesionales de su papá, Lalindao, Intila y Guillermo Junior.

Recibió un homenaje, muy merecido, en el Lawn Tennis Club. La cancha central del emblemático club de tenis ubicado en el barrio de Palermo fue bautizada como Guillermo Vilas.

Fue nombrado Capitán Honorario del Equipo de Copa Davis, e ingresó al salón de la fama de la Asociación Argentina de Tenis.

Trascendió que padece un grave problema de salud. Una enfermedad neurodegenerativa que lo aisló de la vida pública. Su familia decidió resguardarlo y mantiene silencio absoluto respecto de su estado de salud. Su esposa ha posteado fotos suyas en sus redes sociales oficiales, pero jamás se manifestó al respecto de su estado de salud.

Fijó su residencia en Mónaco.