Doménikos Theotokópoulos, conocido simplemente como el Greco, ha sido uno de los artistas plásticos griegos más relevantes de la historia.
Artista plástico de origen griego, enrolado en el Renacimiento, que triunfa en España, realizando obras de temáticas religiosas y con un sello muy singular
Se lo ubica dentro del movimiento del Renacimiento, incluso, ha confesado que las obras de artistas como Tiziano, Miguel Ángel, y Tintoretto, ejercieron en él una gran influencia.
Ahora bien y más allá de esta clasificación dentro de los parámetros de esta corriente artística tan relevante, Greco, se destacaría pro el desarrollo de una obra muy singular que lo distinguiría del resto y que por supuesto sería la que lo haría inolvidable para los amantes del arte en general…
Mayormente realizó obras con temáticas religiosas, sin dudas, el contacto y la solicitación que recibió por parte de religiosos influyeron en esta concentración, sin embargo, también abordó otras temáticas, pero en una medida menor.
Entre las características más salientes de su arte se cuentan figuras largas, pincelada fluida, y representación de figuras que emanan una enorme espiritualidad. Paleta de colores en la que prevalecen los fríos, realizando efectos fascinantes con los colores azul, rojo y blanco.
Si bien nació en Grecia, en 1541, en una ciudad perteneciente a la Isla de Creta, que por su tiempo integraba los dominios de la República de Venecia, Greco, desarrolló la mayor parte de su obra en España.
Se formó en su patria natal, luego recala en Venecia, donde se contactará más profundamente con el movimiento del Renacimiento y sus principales exponentes y luego se asienta en España definitivamente donde fallece en Toledo en el año 1614.
La iglesia y la aristocracia, sus grandes clientes
Luego de pasar un tiempo largo en Italia, recibe la convocatoria de un religioso español para una iglesia, luego, las convocatorias importantes continuarían, por ejemplo Felipe II le pide una obra para el monasterio de El Escorial. Lamentablemente, la obra que éste le encarga no termina de conformar a Felipe y ello representa una gran frustración para Greco porque aspiraba a lograr un lugar destacado en la corte española como artista.
Pero un tropiezo no fue caída, Greco, ya contaba afortunadamente con un gran reconocimiento por parte de la nobleza y el clero de Toledo así que ello no implicó más que un disgusto momentáneo, porque seguiría trabajando con gran éxito y convocatoria hasta el final de sus días, erigiéndose no solamente en un referente mundial de la pintura española sino también en una influencia determinante para las generaciones futuras de artistas.