Cuando alguien crea algo o es el primero que se destaca en tal o cual actividad, popularmente, lo llamamos “padre” de justamente aquello que promovió, en tanto y sin dudas al ingeniero mecánico inglés George Stephenson se lo considera el padre de los ferrocarriles ya que tras inventar la locomotora a vapor e incorporarla a una red de vagones, creó la primera línea de ferrocarriles del planeta.
Asimismo, cuando ya se había convertido en un experto en la materia, diseñó la línea ferroviaria que hace el trayecto Liverpool-Manchester y solucionó con su expertise todos los imponderables que iban apareciendo a medida que el trazado de líneas de ferrocarriles avanzaba en su patria, Inglaterra y en el resto del mundo, tal es el caso de la construcción de puentes, vagones y raíles, entre otros.
Stephenson nació un 9 de junio del año 1781 en Inglaterra, en el seno de una familia modesta, ya que su padre era simplemente un peón de mina.
Recién aprendería a leer a la edad de 18 años y tras ello desplegaría diversos oficios como ser: sastre, zapatero y hasta relojero.
Cuando en el año 1804 su padre padece de ceguera, George, es llamado para reemplazarlo en las minas de Killingsworth.
De inmediato sobresaldría de entre sus compañeros por los prácticos inventos que dejaba a su paso.
Entre los más salientes se destaca el de una lámpara de seguridad para la mina.
En esta misma época comienza su interés por los alcances de la máquina de vapor.
Para el año 1821 sorprende al mundo entero con la creación de una locomotora a vapor que se emplearía en el tren de Darlington/Stockton y en 1825 afirma su supremacía en la materia cuando inaugura el primer ferrocarril apto para el tránsito de pasajeros.
Y en 1829 su proeza sería suprema cuando hace realidad el tren que une Liverpool a Manchester.
A partir de este momento y hasta sus últimos años dedicó su vida por completo a la construcción de redes de ferrocarriles en toda Europa.
Cuando tenía 67 años, un 12 de agosto del año 1848, fallece de la enfermedad de pleuresía.