- 20/03/1856
- 1878
- Un trabajo en equipo
- Principios del Taylorismo
- 1890
- 1906
- 1911
- 1912
- 21/03/1915
Nació en Germantown, estado de Pensilvania, en Estados Unidos, en el seno de una familia numerosa, siendo el menor de once hermanos.
Realizó sus estudios en una escuela privada de su pueblo natal y en la Academia Philips, en New Hampshire.
Se graduó como abogado en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard.
Posteriormente, cursó estudios de hidráulica.
Trabajó en la compañía Midvale Steel Company, un emblema en la fabricación de acero hacia finales del siglo XIX.
Ascendió de operador, a jefe de obras, y desde este puesto es que desarrolló su famoso y difundido sistema: Taylorismo.
Su trabajo partió de la observación de las condiciones de trabajo y continuó con una aguda crítica a estas; las cuestionó en todos los aspectos, desde la ausencia de un sistema de trabajo eficaz, la falta de incentivos económicos que movilicen positivamente al trabajador, medidas militares, pragmáticas, sin sustento científico y un sistema de selección de recursos humanos que no tenía en cuenta las capacidades del individuo.
Contó con la colaboración de los propios trabajadores, quienes se quedaron después de hora, y junto a ellos, fue poniendo en práctica las hipótesis y evaluando los resultados que surgieron a lo largo de la investigación in situ.
La metodología que se comprobó mejoraba la dinámica laboral se incorporaba inmediatamente a la rutina de trabajo, y en el caso que fuese necesario, se capacitaba a los obreros que la desempeñarían.
Su método organizacional del trabajo se ejecutó en base a tres elementos: las habilidades individuales, el trabajo en equipo y los materiales.
Propuso que el trabajo debía dividirse en tareas para de esta manera aumentar la productividad; luego, estas actividades derivaron en la producción en serie, en tanto, controlando el tiempo de ellas, se lograría la eficacia y la perfección del sistema.
Una síntesis del Taylorismo diría esto: producir más, a menor costo y a partir del aumento de la mano de obra; producción a gran escala; estandarización de procesos productivos; exhaustivo análisis de cada procedimiento para afianzar su eficacia; planificación y supervisión constante; incentivos económicos para aquellos trabajadores con mejores rendimientos.
Sin duda alguna, su irrupción en el mercado laboral produjo ventajas palpables y redituables: mayor eficiencia en el proceso productivo, en el control sobre la producción, aumento de beneficios empresariales y mejoras en el sistema de administración y gestión.
Ahora bien, como todo método disruptivo, novedoso y que amenazó el statu quo, fue también muy cuestionado por las desventajas que trajo a su paso: trabajadores altamente desgastados, desmotivación por la actividad rutinaria, reducción de la calidad de lo producido y mal vínculo entre los empleados ante la falta de experiencia en cultura organizacional.
Renunció a su cargo en Midvale y a los tres años creó su propia consultora.
Fue nombrado Presidente de la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos y recibió la designación de Doctor Honoris Causa, en el campo de ciencias, en la Universidad de Pennsylvania.
Publicó el libro “Principios de la Administración Científica”, que contiene las cuatro máximas que sustentan su investigación y aportes: el reemplazo de las reglas prácticas por principios científicos, búsqueda de la armonía laboral, cooperación y selección científica e instrucción de los empleados.
Los últimos años de su vida los dedicó a pasar tiempo con su mujer y sus hijos, y también dictó conferencias motivado por difundir su sistema de organización científica del trabajo.
Fue convocado por el Congreso norteamericano para que expusiese el sistema de gestión empresarial que creó.
Falleció en la ciudad de Filadelfia. Tenía 59 años.