Francois Rabelais fue un notable autor francés que lograría gran repercusión en el año 1532 cuando se publica Gargantúa y Pantagruel, una serie de novelas que narran de modo muy peculiar las aventuras de dos gigantes: un padre y de su hijo.
Sátira, lenguaje vulgar, humoradas crudísimas y escatológicas y mucha extravagancia fueron los rasgos más salientes de estas obras que sin dudas se acrecentaron ante un autor vinculado activamente a la religión como ya veremos a continuación.
Básicamente, Rabelais, fue un transgresor de su tiempo, principalmente porque a través de sus obras y de manera cruda se ocupó de criticar la hipocresía presente en la sociedad francesa y claro, ello le generaría más de un encono y problema.
François Rabelais, nació en el año 1494 y no hay precisiones sobre la fecha exacta ni tampoco mucha información sobre sus primeros años.
Se cree, de acuerdo a algunos intercambios epistolares que mantuvo, que estudió leyes y ya para el año 1521 era un fraile de la orden franciscana.
En el año 1524 se aleja de la mencionada orden y se incorpora a benedictina como consecuencia de su enojo ante los reclamos de sus colegas superiores.
Tiempo después sería designado en el cargo de secretario del obispo Geoffroy d’Estissac.
Otra cuestión insoslayable en su vida es que estudió medicina en Montpellier y hasta se habría dedicado al cuidado de la salud aún sin haberse graduado.
Sus vaivenes económicos lo llevaron a dedicarse a la medicina definitivamente, actividad que compaginaba con la escritura.
Para esta época es que escribe su obra Pantagruel y Gargantúa, la cual aún a pesar de causar una enorme repercusión fue severamente cuestionada por los intelectuales de su tiempo.
En el año 1536 se aleja de su rol religioso y en 1537 tras recibirse de médico se dedica por completo a ejercer la medicina.
Gracias al hermano del obispo Jean du Bellay, Rabelais, es ingresado en la corte y goza de los beneficios de pertenecer a la misma.
Su fallecimiento se produce en la ciudad de París, en el año 1553.