Estructuralismo es un término que pertenece a la filosofía y que también se utiliza en diversas ciencias humanas. Sin embargo, su origen actual no surgió del campo filosófico, sino que se atribuye al lingüista Ferdinand de Saussure, concretamente a partir de la publicación en 1916 de su obra «Curso de lingüística general». En ella, el autor explicaba la lingüística partiendo de la idea de estructuras distintas: la lengua, el habla, etc. La idea general del estructuralismo de este autor consiste en entender los elementos que componen el lenguaje como sistemas o estructuras relacionados entre sí.
El estructuralismo de Saussure fue asimilado por otras ciencias humanas y pronto se convirtió en un método para comprender los fenómenos de la psicología, la economía, la antropología o para el análisis filosófico.
El estructuralismo viene a ser un método de comprensión de una realidad, ya sea el lenguaje, la sociedad o la etnología. Este movimiento apareció como respuesta a otras visiones metodológicas: de tipo histórico o de índole subjetivo.
Como idea general, el estructuralismo se asienta en el concepto de estructura, que se presenta como un término que ordena una serie de fenómenos o, dicho con otras palabras, un conjunto que clasifica.
El estructuralismo mantiene la concepción de que hay unas reglas establecidas ( sociales, políticas u otras ) que influyen en cualquier valoración que se pueda hacer. Esto implica que los acontecimientos adquieren sentido y son comprendidos en una sociedad porque intervienen unos sistemas o estructuras compartidas que sirven como coordenadas explicativas. Algunos autores entienden el estructuralismo como una teoría que aporta unos patrones de comportamiento en cualquier realidad. Pensemos en las distintas formas de gobierno ( democracia, monarquía absoluta o comunismo ). Todos ellos tienen una estructura de poder y no importa el sistema, ni la época, sino que es posible analizar una forma de gobierno como algo que ocurre a partir de la interacción de elementos distintos, como se hace en la comprensión de la fotosíntesis o los ecosistemas.
La psicología y la sociología durante una parte del siglo XX tuvieron un enfoque estructuralista. En el caso de la sociología, autores como Max Weber describieron los distintos modelos que participan en el trabajo, concibiéndolos como estructuras: de organización, de producción o relativas a la burocracia. Esto implica que entre la totalidad de algo ( por ejemplo, el trabajo ) y una parte concreta ( la actividad laboral de una empresa ), hay algo intermedio, una estructura. que facilita la comprensión global.