Se denomina espacio rural a toda zona geográfica caracterizada por la ausencia de grandes concentraciones de población y tendiente a una producción de bienes primarios. Esta circunstancia significa que los espacios rurales generan un tipo especial de comunidad que tiene su propia idiosincrasia y organización económica. Los espacios rurales pueden variar en sus dimensiones dependiendo del grado de desarrollo de los países, de la extensión de su territorio, etc. Los espacios rurales han tenido diverso grado de gravitación en la historia debido a los procesos económicos que en la sociedad se suscitaban.
Los espacios rurales tuvieron en su irrupción en la historia cuando el hombre dejó su condición de cazador y recolector y pasó a cultivar sus alimentos. En efecto, un espacio rural no se identifica meramente por constituir una extensión de territorio con poca densidad poblacional: un desierto difícilmente se considere espacio rural. Lo que de algún modo identifica a un espacio rural es que además de tener poca densidad de población, tiene un tipo de producción característica. Así, el espacio rural siempre se ligó a la producción de alimentos. En el caso de las sociedades primitivas, el espacio rural significó un nuevo modo de producir que tuvo consecuencias radicales en la economía. En efecto esta circunstancia permitió que se pudiera producir excedente y este luego de acumularse comercializarse. Las sociedades en este punto comenzaron a sufrir una transformación como consecuencia de este proceso: el excedente era producido por algunos y el resto de los pobladores podían dedicarse a otras actividades que luego comerciaban. Este tipo de división de tareas tuvo como consecuencia un salto de la productividad y es una circunstancia que todavía observamos con la división del trabajo: dedicarse a una actividad específica redunda en una mejora en cómo se ejecuta.
Dada la importancia de los espacios rurales en lo que respecta a la producción de alimentos, en algunas ocasiones se planteó su preponderancia desde el punto de vista económico. Así, para los fisiócratas, por ejemplo, esta actividad era la prioritaria a la hora de entender la causa de la riqueza de las naciones. Con el paso del tiempo y los alcances de la revolución industrial esta perspectiva fue dejada de lado. Como consecuencia de esta circunstancia muchas personas se desplazaron hacia las ciudades iniciando un proceso que aún se mantiene, el de la preponderancia de la urbe por sobre el campo. No obstante la necesidad de alimentos que los próximos años presenta como consecuencia del aumento exponencial de la población quizá haga haga menos notoria esta preeminencia.