Se conoce por escasez como aquel estado en el que existe insuficiencia de recursos que permitan satisfacer las necesidades de un individuo o un grupo. El concepto de escasez puede vincularse en el primer caso a una falta de recursos básicos de supervivencia, mientras que a nivel macroeconómico hace referencia a una situación en la que los agentes económicos demandan un bien en mayor cantidad de la que hay disponible en ese momento.
Hay que tener en cuenta que la escasez no deja de ser el reflejo de que muchos recursos son finitos mientras que las necesidades y deseos humanos son infinitos, por lo que las personas se ven forzadas a tener que tomar decisiones sobré qué productos y bienes pueden consumir y cuáles no.
Escasez de recursos naturales
Hay que considerar que mientras algunos recursos naturales son infinitos, otros tienen una demanda mayor que la que la propia naturaleza ofrece. Uno de los mayores problemas a los que la población mundial debe hacer frente durante los próximos años es el de la escasez del agua potable.
Sólo un 1% del agua es dulce y accesible por el ser humano, a lo que hay que sumar la distribución tan desigual de este recurso entre las diferentes partes del mundo y el creciente ritmo de aumento poblacional del planeta. Si bien en zonas como Europa el acceso al agua dulce no parece un problema preocupante a corto plazo, en áreas de África o Sudamérica la disponibilidad de agua dulce para consumo humano sí que se presenta como tal.
Las fuentes tradicionales de agua como ríos o manantiales se ven afectadas tanto por el cambio climático como por la acción del hombre, siendo ésta una de las cuestiones más importantes que se plantean para el desarrollo de los países del tercer mundo
Para combatir dicha escasez se están adoptando numerosas medidas, entre las que destacan la creación de nuevas infraestructuras hidráulicas como pantanos o presas que permitan abastecer a diferentes poblaciones incluso en época de sequía.
Durante los próximos años la gestión del agua dulce será un tema que tenderá a generar conflicto debido a su escasez, por lo que resulta imprescindible elaborar una serie de protocolos que garanticen su conservación y uso racional. La manera en que se maneje este preciadísimo recurso natural marcará en gran medida la posibilidad de desarrollar una estrategia de desarrollo sostenible.