En física, el término de elasticidad denomina la capacidad de un cuerpo de presentar deformaciones, cuando se lo somete a fuerzas exteriores, que pueden ocasionar que dichas deformaciones sean irreversibles, o bien, adoptar su forma de origen, natural, cuando dichas fuerzas exteriores cesan su acción o potencia.
Y ahora, vamos con un ejemplo. Y como hay miles, tomaremos uno bien simple: si yo agarro una banda elástica (de esa que se utilizan para sostener y atar cosas, como papeles enrollados o un puñado de lápices) tendrá cierta forma de origen que cambiará de manera drástica si con mis manos la estiro hacia ambos lados. Claramente, ha sufrido una deformación, y tiene capacidad para que esa deformación se produzca. Sin embargo, esa deformación cesará cuando yo cese la fuerza que ejerzo sobre la banda elástica, y volverá a su tamaño de origen, incluso cuando en la mayoría de los casos, tras ser sometida a este tipo de fuerzas en ocasiones reiteradas y constantes (y de magnitud considerable) podrá presentar deformaciones irreversibles, que en este caso, estarán relacionadas con un aspecto más “estirado” de la banda elástica.
Pero no sólo en la física se utiliza este término de elasticidad, si no que en otras disciplinas también se lo hace. Claro que, tomando como base o referencia, lo que la física propone acerca del término. Es el caso de la economía, y las teorías planteadas por Alfred Marshall acerca de la “elasticidad económica”.
¿Qué significa este concepto? Es, simplemente, la variación que puede sufrir un porcentaje de acuerdo a dos variables determinadas. Por ejemplo, una variable X sería la venta de notebooks (en número de unidades vendidas) mientras que la variable Y puede ser el precio de las mismas. La teoría económica define como elasticidad a la relación que existe entre la cantidad de notebooks vendidas ante la acción de la variable Y que registra la variación de los precios de este tipo de aparatos electrónicos.
Esto se asocia a una de las premisas fundamentales de la economía de mercado, que plantea que si se incrementa el precio de determinado producto, la demanda del mismo será tendiente a bajar, mientras que en el caso inverso, si el precio de un determinado producto disminuye, la demanda de ese producto será creciente. Pues bien, entonces la elasticidad es precisamente eso que permite medir la variación entre la cantidad de dicho producto que se ha vendido en relación a las variaciones de precio (ya sea incremento o disminución).