Una dramatización es el acto de llevar a cabo un drama, es decir, una determinada representación de una historia a partir de la interpretación que llevan a cabo actores. En relación con esta definición existe otra que nos remitirá a la puesta en escena de manera amateur para tratar un determinado tema o dar cuenta de conflictos personales; en este último caso la experiencia suele ser utilizada por algunas corrientes psicológicas como manera de tratamiento, de dejar en descubierto la interioridad de un individuo. En cualquier caso, una dramatización requerirá de una o más personas dispuestas a llevar adelante una determinada representación, ya sea con un texto como de manera improvisada.
En la antigua Grecia
Hoy en día, la noción de dramatización nos hace pensar específicamente en el teatro y en toda la estructura ideada para montar un entretenimiento. Este tipo de consideración social del relato de una historia de manera actuada nos lleva indefectiblemente a la antigua Grecia, cuna de la civilización occidental y lugar en donde este tipo de expresiones comenzaron a proliferar. La dramatización tiene en este contexto un rol social muy definido y particular: era una manera de educar a la población en determinados temas filosóficos, culturales y morales. En efecto, en particular fue la tragedia la que más profundizó en este tipo de posibilidades por las derivaciones éticas que mantenía. De esta manera, podemos ver que el proceso de llevar adelante una dramatización era mucho más que una mera evasión.
Como terapia
Como se ha establecido, en ocasiones la expresión dramatización hace referencia a un proceso por el cual una o varias personas ponen en común entre sí o con otras un determinado tema. Este tipo de procedimiento puede servir también para la expresión de la interioridad de cada individuo, de modo tal que existe un claro fenómeno de desinhibición. La dramatización sirve de esta manera en muchas terapias, en donde un terapeuta toma nota de una serie de rasgos anímicos en los individuos intervinientes.
Concusión
Como podemos ver, una dramatización busca ante todo dar cuenta de una historia a partir de un intento de actuación, de personas que fingen estar en una situación determinada. No obstante, este supuesto fingimiento en ocasiones pude dar lugar a que afloren temas que realmente tienen un peso en una persona en particular o en una determinada sociedad. Esta circunstancia fue comprendida por los antiguos griegos y también es comprendida por quienes intentan hacer un uso terapéutico de la misma.