Lamentablemente, cada día conocemos más y más casos de animales que se encuentran desprotegidos y a la vera de la desaparición como consecuencia del maltrato y el destrato que sufren por parte de la civilización humana, que los depreda o en su defecto que contamina gravemente sus entornos naturales.
Pero afortunadamente hay también muchas personas con una enorme conciencia en este sentido y que ama profundamente a los animales, que se ocupa de cuidarlos y de preservarlos de estos ataques indiscriminados.
Como la zoóloga norteamericana Dian Fossey quien dedicó gran parte de su vida a estudiar y conservar una subespecie de gorila que se conoce como gorila de montaña y de la cual solamente quedan dos poblaciones que viven libremente, una en las montañas Virunga, en África y otra en la república de Uganda.
La labor de Fossey se centró especialmente en la primera comunidad mencionada.
El compromiso de Fossey con su labor fue tal que hasta perdió su propia vida en pos de luchar contra aquellos desgraciados cazadores furtivos de la especie.
Tenía nada más que 53 años cuando un presunto cazador la asesinó a machetazos.
A comienzos de la década del sesenta y tras observar el trabajo de un colega sobre los gorilas, Dian, decidió emprender la marcha hacia el África para involucrarse en el tema in situ.
Realizó una enorme labor investigativa para obtener detalles de la especie que incluso serían importantísimos para sacar conclusiones sobre la evolución del hombre.
También desarrollaría una relación y una interacción única y muy afectiva con estos ejemplares.
El trato diario y el reconocimiento de sus maneras la ayudarían a lograr ese acercamiento.
Vale mencionarse que si bien su tarea fue muy productiva también estuvo muy complicada como consecuencia de los vaivenes políticos que sufriría el continente.
Muchos de sus análisis y observaciones serían plasmados en el libro Gorilas en la nieve, publicado dos años antes de su fallecimiento, en 1983.
También el libro sería adaptado al séptimo arte en una cinta de título homónimo que estelarizó Sigourney Weaver.
El 26 de diciembre del año 1983, Dian, fue encontrada muerta en su casa.
Las pruebas encontradas determinaron que se trató de un asesinato y por la manera se presume que podría haber sido algún enemigo que se cosechó a lo largo de su duro enfrentamiento contra los cazadores.
No se casó ni tuvo hijos y había dejado sentado en un testamento que todos sus bienes y regalías sean donados a los gorilas que tanto amaba, pero su madre lo impugnó y revertió este hecho.