El determinismo es inicialmente un movimiento filosófico con implicaciones científicas. Esta corriente de pensamiento surgió en el siglo XVlll cuando la ciencia ya había alcanzado un nivel de desarrollo significativo y el ser humano ya podía dar respuestas concretas a sus inquietudes.
La idea fundamental del determinismo se basa en la consideración de que los acontecimientos de la naturaleza ocurren por alguna causa eficiente, es decir, hay un mecanismo de causa y efecto. Dicho de otra manera, lo que sucede en la naturaleza no es azaroso sino que hay un motivo concreto. Ese motivo puede ignorarse, pero es indudable que existe y la tarea del investigador es conocerlo. Esta consideración tiene un componente lógico y muy razonable: el descubrimiento de leyes universales que explican la regularidad de los fenómenos naturales. Un ejemplo evidente es la ley de la gravitación de Newton, que explica la totalidad de los movimientos, puesto que todos son un efecto de una misma causa.
El determinismo tuvo tal influencia que superó la esfera de la filosofía y la ciencia y se manifestó en otros ámbitos. En la literatura del siglo XlX se contaban historias de personajes «guiados» por un determinismo, es decir, su condición social estaba ya escrita, prefijada, no había movilidad social porque imperaba la determinación. En el terreno de la moral, el determinismo tiene un sentido problemático. Si todo en la naturaleza está ya definido porque el mecanismo es de causa y efecto, el ser humano también estará sujeto al determinismo. En consecuencia, actuamos de una manera porque no podemos hacerlo de otra. Creemos que somos libres, pero se trata de una ilusión, en realidad decidimos aquello que estamos empujados a elegir, por lo que no tenemos elección ni una verdadera libertad.
En la economía este planteamiento tiene sus seguidores, quienes entienden que los flujos económicos carecen de aleatoriedad, pues no existe la casualidad o el azar, todo funciona bajo la mecánica de algo provoca algo, una causa o causas y un efecto.
Hay planteamientos que rechazan el determinismo, puesto que no contempla el evidente aspecto azaroso en la naturaleza ( por ejemplo, la aparición de mutaciones ). También desde un punto de vista matemático se cuestiona el determinismo, ya que el cálculo de probabilidades es la explicación de los acontecimientos. No llueve porque existan unas causas concretas, sino que lloverá o no dependiendo de unas probabilidades. Por este motivo se habla de la previsión meteorológica y no se afirma qué tiempo vamos a tener.