El Muralismo fue un movimiento artístico que nació en México a comienzos del siglo pasado y que tuvo su principal razón de ser en la unificación que proponía tras la revolución sucedida en ese país.
En tanto, los artistas que lo difundieron se destacaron por una influencia marxista que por supuesto dejaron percibir en sus obras, en las cuales, la situación social y política eran los temas recurrentes.
José de Jesús Alfaro Siqueiros, mejor conocido como David Alfaro Siqueiros, fue uno de los artistas más notables en este sentido junto con sus colegas Diego Rivera y José Orozco.
Siqueiros nació en la ciudad de México un 29 de diciembre del año 1896 y tanto su crianza como formación estuvo influenciada por sus abuelos.
Para el año 1911 a sus estudios de bachillerato le sumó la formación en arte, dejando entrever su vocación artística, en la tradicional Academia de San Carlos.
Mientras estudiaba Bellas Artes decidió unirse con algunos de sus compañeros al Ejército de Carranza que se oponía al gobierno Huerta, en tanto, sería en esta aventura que se acercaría al conocimiento profundo de las luchas de los trabajadores y de los campesinos, con las cuales se comprometería hasta el último día de su vida.
A partir de este momento la pintura y la lucha política irían de la mano en la vida de Siqueiros, porque jamás abandonaría ni la pelea por sus ideales ni su gran inclinación por la pintura, sin embargo, vale mencionar, que en reiteradas oportunidades su producción artística no podría mantenerse ajena a las diferentes situaciones políticas en las que se involucraba y que en varios ocasiones, como ser en el exilio en Taxco, durante su participación en la guerra civil española, o en su destierro en Chile por su vinculación con el asesinato de Trotsky, o su encarcelamiento en los años sesenta, ocasionaron su abrupto cese.
Su principal preocupación artística fue lo que llamó la arquitectura dinámica y que consistía en la realización de un estudio pormenorizado sobre los recorridos que los espectadores harían en aquellos lugares en los que se emplazaban sus murales; incluso hasta llegó a disponer cámaras para conseguir una mayor justeza en esa mirada.
Retrato de la Burguesía y La Marcha de la Humanidad son dos de sus murales más notales.
Siqueiros finalmente fallece en la ciudad mexicana de Cuernavaca, el 6 de enero del año 1974.
Su legado plasmado en obras monumentales y eternas permanece latente y presente desde ese momento al igual que el recuerdo de su lucha política.