- 07/05/1711
- 1723
- 1734
- 1739
- 1741
- 1752
- La moral
- Contribuciones a la economía
- 1753
- 1754
- 1767
- 25/08/1776
- 1777 – Post mortem
- 1779
Nació en la ciudad de Edimburgo, en Escocia, en el seno de una familia perteneciente a la baja nobleza de hacendados escoceses. Tuvo dos hermanos.
Su padre, de profesión abogado, murió cuando él tenía nada más que dos años; su madre no volvió a casarse,
Desde temprana edad manifestó interés por la filosofía y los autores referentes en la materia: Cicerón, Virgilio, entre otros.
Ingresó a la Universidad de Edimburgo a la precoz edad de 12 años.
Abandonó la carrera de leyes, para viajar a Francia, y allí continuar su formación filosófica. Entró en contacto con las ideas de René Descartes, John Locke, entre otros.
Publicó su ópera prima: Tratado de la naturaleza humana. En dicha obra dejó asentado para la posteridad la raíz de su filosofía: la mente humana es el resultado de los sentidos, y, por tanto, todo conocimiento está basado en la experiencia que nos legan estos. Cabe destacarse que, a dicho ideario, se lo conoció como empirismo.
Escribió la obra Ensayos morales y políticos.
Se presentó su libro Discursos Políticos.
Respecto de la moral, sostuvo que la razón debe ser la esclava de las pasiones y los sentimientos. Las pasiones son las únicas que pueden movilizarnos, mientras que la razón debe estar al servicio de ellas.
Las reglas morales ostentan un carácter únicamente convencional y entonces no hay una necesidad racional que nos mueva a observarlas.
Consideró, por caso, que respetar estas reglas, así como otras convenciones sociales, es algo bueno únicamente por el beneficio social que reportan.
Estaba convencido que si las condiciones sociales fuesen diferentes las normas no serían necesarias.
Realizó importantes aportes a la economía que siguen vigentes en la actualidad, en lo que respecta a propiedad privada, inflación y comercio exterior, inclusive, fueron de gran influencia para su amigo, el prestigioso economista inglés Adam Smith, considerado el padre de la economía clásica.
Estimó que la propiedad privada no es un derecho natural, pero está justificado por la existencia de bienes limitados, porque sostenía que, si los bienes fueran ilimitados y estuvieran asequibles a todos, la propiedad privada no tendría sentido.
Defendió la distribución desigual de la propiedad porque pensó que la igualdad destruye el ahorro y la industria, cuestiones que desembocan en pobreza y desabastecimiento.
Propuso una teoría que se denominó de la inflación beneficiosa, es decir, incrementando la circulación de dinero se revitaliza la producción en el corto plazo. La consecuencia sería que los precios no suben a corto plazo y puede que no lo hagan jamás; dicha idea la retomó tiempo después John Keynes.
Intentó aplicar, nuevamente, como profesor de la Universidad de Edimburgo, sin embargo, su declarado ateísmo lo dejó afuera de toda posibilidad. A modo de compensación, fue designado bibliotecario de la facultad de abogados de su ciudad natal.
Comenzó a escribir su aclamada obra Historia de Inglaterra que constó de seis volúmenes y apareció por entregas.
La primera apareció en este año, luego continuó apareciendo por etapas: en 1762, y hasta 1765.
Fue secretario del embajador británico en la ciudad de París.
Conoció a su colega francés Jean-Jacques Rousseau que lo acompañó en su retorno a Inglaterra.
Fue designado subsecretario de estado en Londres y al año se retiró a su ciudad natal donde permaneció hasta su muerte.
Falleció en Edimburgo. Tenía 65 años.
Sus restos descansan en el cementerio de Old Calton.
Se publicó su autobiografía póstumamente.
Se editó, también de manera póstuma, la obra Diálogos sobre la religión natural.