Cristina de Suecia reinó su patria por el lapso de 22 años, entre 1632 y 1654.
Su llegada al trono se dio cuando todavía era una niña, ya que al morir su padre, el rey Gustavo II Adolfo, ella tenía nada más que seis años, y heredó el trono.
Hasta los dieciocho años, cuando alcanzó la mayoría de edad, gobernó pero bajo la tutoría del canciller Oxenstierna, en tanto, una vez que superó esa edad se ocupó personalmente de regir los destinos de su país.
Cristina era una persona muy culta y que se interesaba muchísimo por la cultura y las artes de su nación, y por caso, su actividad protegiendo estas cuestiones fue notable e importante.
En lo político también consiguió importantes conquistas que ayudaron a convertir a Suecia en una potencia europea, sin embargo, cuando se alejó de la guía de Oxenstierna su gobierno declinó enormemente hasta convertirla en una personalidad impopular que debió abdicar a favor de su primo.
Cristina nació en la ciudad de Estocolmo el 8 de diciembre del año 1626 y como dijimos fue hija de Gustavo II Adolfo y de María Leonor de Brandeburgo.
Antes del nacimiento de Cristina, el Consejo del Reino aceptó que una mujer heredase el trono si es que no había descendencia masculina y por tal decisión y ante la ausencia de hermanos varones, Cristina, se convirtió en la heredera natural de su padre tras la muerte de éste.
Como consecuencia de su interés por las ciencias, las artes y la literatura, Cristina, se solía reunir con notables personalidades de su tiempo como por ejemplo el filósofo Descartes, con quienes mantenía largas charlas y debates.
Cuando se alejó el canciller Oxenstierna, las cuentas del reino quedaron en serios problemas ya que ella no se interesaba por las mismas.
Y a ese panorama se le sumó una personalidad algo irascible y la reunión con personas intrigantes que no contribuyeron en nada a la superación de ese complejo escenario.
En 1654 finalmente decide abdicar al trono a favor de su primo Carlos Gustavo que se coronaría como Carlos X Gustavo.
Una vez alejada del gobierno, Cristina, se dedicó a viajar por diferentes partes de Europa.
En los últimos años de su vida produjo varias polémicas, entre ellas, cuando decidió convertirse al catolicismo, de nacimiento su religión había sido la protestante y luego estuvo implicada en Francia, más precisamente en Fontainebleau, donde residía, en el asesinato de su amante.
Esta situación marcó el regreso a Roma donde pasaría los últimos días de su vida.
Fallece el 19 de abril del año 1689, a los 62 años.