La coreografía es la práctica en la que, a través de una serie de movimientos corporales y secuenciales, se organizan y representan un conjunto de trazos relacionados entre sí. La palabra tiene su origen en el griego antiguo y se forma de los vocablos coreo (en griego χορός, chorós) en referencia a la danza, el baile y al coro propiamente dicho, y el sufijo -grafía (en griego -γραφία, -graphía) por escritura, de modo que la significación transmite, literalmente, la escritura representada a través de la danza. A quien lleva a cabo el diseño y coordinación de esta secuencia de movimientos se le llama coreógrafo.
Ejemplos de las disciplinas en las que se aplica
Generalmente, el término se relaciona con las disciplinas dancísticas y con la música, sin embargo, también es una herramienta utilizada en otras artes y algunos deportes, y que no necesariamente requiere de algún tipo de musicalización.
Tanto en los ejercicios de suelo o manos libres (FX por sus siglas en inglés) de la gimnasia artística, como en la gimnasia rítmica, es necesario que se precisen los movimientos realizados por las y los atletas. Precisamente, debido al uso de una coreografía, es común que se confunda a ambas prácticas deportivas, no obstante, la diferencia entre ellas es que la primera, como su nombre lo indica, se lleva a cabo a manos libres, es decir, sin uso de otras herramientas más que el cuerpo mismo. Por su parte, la segunda suele utilizar elementos adicionales para llevar a cabo la rutina, los cuales pueden ser cintas, pelotas o aros.
Igualmente, el patinaje artístico, ya sea sobre hielo o sobre ruedas, también requiere de la elaboración de una coreografía previa para su ejecución. Lo mismo ocurre con el nado sincronizado (a veces llamado natación artística), en el cual los y las nadadoras, ya sea de manera individual, dual o en equipo, ejecutan una coreografía acuática combinando elementos de la natación, la gimnasia y, por supuesto, el baile.
Otras disciplinas que hacen uso de coreografías en sus montajes son el cine y el teatro. En estas, el combate escénico destaca como uno de los recursos más utilizados y que requiere de una coreografía para su realización. Se trata de la organización de trazos que representen enfrentamientos o riñas en escena. Sobre todo en el cine, es común que este tipo de secuencias vayan acompañadas de alguna forma de musicalización, pero esto no siempre es así y a veces solo observamos el trazo.
La capoeira y la lucha libre profesional, son más ejemplos de disciplinas que requieren de movimientos secuenciados para llevarse a cabo.
Categorías coreográficas
Como toda disciplina, está puede dividirse en distintas categorías que caracterizan las diferentes formas mediante las cuales se realiza o representa.
Cuando se habla del número de personas que participa en un montaje coreográfico, podemos referirnos a una propuesta individual, es decir, que es ejecutada por una sola persona; a coreografías duales o en pareja, las más comunes en el baile de salón, así como a nivel grupal o en equipo, cuando en ellas participan tres personas o más.
Otra tipología tiene que ver con el tipo de movimientos que se realizan. Encontramos que existen coreografías simétricas, en las que se busca que en ambos lados del cuerpo se realicen movimientos iguales; esto genera en el espectador la impresión de mayor control y precisión. Por su parte, una coreografía asimétrica da como resultado un mayor énfasis en una parte del cuerpo y en trazos desiguales que generan la perspectiva de mayor movilidad y rapidez.
Coreógrafos de prestigio
Sin duda, al hablar de coreografía, lo más común es que el concepto nos remita a la danza. En este sentido, las y los coreógrafos más reconocidos en el mundo han estado vinculados con esta arte escénica. La estadounidense Martha Graham, es una de las coreografías más destacadas y conocidas de la escena, resaltando su trabajo e influencia en la danza moderna.
Por su parte, Pina Bausch, nacida en Alemania, es reconocida inspirar el llamado teatro danza (en alemán Tanztheater), una forma artística que mezcla elementos del baile con recursos expresivos de la disciplina teatral, siendo uno de ellos la referencia a lo real.
En América Latina, algunos de los coreógrafos más notorios son Antonio Truyol, argentino reconocido por su trabajo en la danza clásica, y la mexicana Amalia Hernández, quién se destacó por su labor en la continuidad y la difusión de los bailes tradicionales de México, y cuyo ballet folklórico nacional actualmente lleva su nombre.
Autora
Escrito por Ángeles Ortiz-Espinoza para la Edición #108 de Enciclopedia Asigna, en 01/2022. Ángeles es Lic. en Ciencias Políticas, artista plástica y de la escena, escritora e investigadora social, con amplia experiencia en publicaciones a nivel académico y literario.