Claudio Abbado fue uno de los directores de orquesta más importantes de su país, Italia, incluso está considerado por crítica y público uno de los que mejor ha representando la tradición italiana que en su momento supieron encarnar los músicos Arturo Toscanini y Víctor de Sábat.
Se puede decir, que Abbado llevaba la música en la sangre, ya que provenía de una familia de músicos que le transmitieron esa pasión por la música.
Inclusive su padre sería su profesor de piano mientras estudiaba en el Conservatorio de Milán.
Luego continuó sus estudios en Viena.
Su nacimiento se produjo en una de las ciudades más importantes del norte de Italia: Milán, un 26 de junio del año 1933.
En el año 1960 se produce uno de los momentos más importantes de su carrera al dirigir por primera vez la orquesta del Teatro de la Scala de Milán, uno de los teatros de ópera más famosos y reconocidos del mundo.
Luego de este hecho crucial vendrían otros tantos que confluirían a la hora de su afirmación y confirmación como uno de los directores más notables del mundo, tal es el caso de la recepción del premio a la dirección Dimitri Mitrópoulos y la dirección de la Sinfonía número 2 de Gustav Mahler, en la Orquesta Filarmónica de Viena, mientras se desarrollaba el Festival de Salzburgo.
En el año 1968 llega el gran reconocimiento de su patria al encomendarle la dirección musical del Teatro La Scala, que continuaría sin interrupciones hasta el año 1986.
Además de dirigir el repertorio de la ópera italiana tradicional también supo presentar una ópera contemporánea cada año.
Una vez que abandonó la dirección de La Scala fue nombrado como director de la Opera Estatal de Viena, cargo que ocupó entre 1986 y 1991.
También supo desempeñarse como director en la Orquesta Sinfónica de Londres, en la Orquesta Filarmónica de Berlín, la Orquesta Sinfónica de Chicago.
Otro aspecto importante de su carrera es el espacio que supo darles a los músicos jóvenes, creando lugares para promoverlos como fueron la Orquesta Juvenil de la Unión Europea y la Orquesta Juvenil de Gustav Mahler.
En el 2000 sufre un grave problema de salud a raíz un cáncer de estomago, sin embargo, logró recuperarse y seguir adelante hasta que falleció a los 80 años en Bolonia, Italia, el pasado 20 de enero de 2014.