Aunque muchas veces se habla de una comunidad como un conjunto uniforme de integrantes, la realidad nos prueba que en todos los casos se establecen diferencias socioeconómicas que tienen que ver con el poder, con el nivel económico y las riquezas, con el acceso a los medios de producción, etc. Cuando se reconoce esta diferencia podemos entonces hablar de clases sociales y, por lo tanto, de clasismo.
La sociedad como un conjunto de heterogeneidades
Si queremos entender correctamente el término que aquí nos reúne, debemos poner en claro como prioridad la idea de que una sociedad es un conjunto de clases o grupos sociales más o menos definidos a partir de varios elementos. Aunque algunas veces pueden ser determinantes los aspectos culturales y educativos, en la mayoría de los casos las clases sociales se establecen en base a parámetros socioeconómicos que tienen que ver con su participación en la riqueza de la comunidad, en el acceso a derechos, en el nivel de vida, etc.
El concepto de clasismo le otorga un reconocimiento justamente a esta diferencia, a lo que hace que en una comunidad puedan encontrarse diferencias entre sus miembros. El reconocer la existencia de las clases sociales o, como diría Marx, de la lucha de clases es fundamental para poder entender más cabalmente el funcionamiento de los vínculos y lazos sociales.
El clasismo como forma de identidad
Es recién en el siglo XIX que podemos encontrar una visión o un reconocimiento a las clases populares a través de escritos como los de Marx y otros pensadores. Fueron ellos los responsables de entender a los sectores humildes y trabajadores como un conglomerado de identidades que podían fácilmente unirse tras ciertos valores y parámetros, especialmente detrás de aquellos que suponían una oposición a los de las clases más poderosas.
El clasismo permite cierto nivel de identidad y de pertenencia desde el momento en que uno se reconoce como trabajador y puede entonces trabajar y luchar por asegurar a su sector social los derechos por tanto tiempo negados.
Cuando el clasismo se convierte en un problema de difícil resolución
Aunque pueda entenderse desde un sentido positivo, de reconocimiento y de construcción de la identidad, el clasismo también puede ser una problemática muy dura cuando implica diferentes niveles de discriminación o de juicio sobre la persona por su pertenencia a determinado nivel social. Esto suele darse desde arriba hacia abajo aunque también existen casos a la inversa, lo cual nos prueba que la lucha de clases existe y es muy patente.