La claridad es la presencia de luz en un lugar determinado. Es una idea que se entiende normalmente en contraposición a otra, la oscuridad.
Claridad y oscuridad son dos fenómenos naturales que dependen de la luminosidad proporcionada por el Sol y el movimiento de rotación de la Tierra.
Durante miles de años, la claridad y la oscuridad dependían de los fenómenos naturales o de algún instrumento rudimentario (las antorchas o las lámparas de aceite). Estas limitaciones se solucionaron con la aparición de la luz artificial, un invento que cambio la manera de vivir de la humanidad. Sin embargo, el ser humano continúa otorgando más valor a la luz natural, porque la luz artificial es de gran utilidad aunque con una capacidad energética muy inferior a la que proporciona el Sol.
La claridad como idea va más allá de su sentido luminoso, ya que empleamos este concepto en múltiples sentidos.
Nuestra capacidad sensorial es descrita a partir de la claridad como referencia. De esta manera, vemos u oímos con mayor o menor precisión y utilizamos esta palabra para indicar el grado de calidad a la hora de percibir algo por la vista o por el oído. Incluso en el plano intelectual decimos que algo no lo vemos claro cuando no lo entendemos o nos resulta poco convincente.
En la expresión escrita y hablada, la claridad implica que algo se transmite correctamente, sin complejidad y con precisión. Se opone a lo confuso y retorcido. Se dice, por ejemplo, que un escritor narra con claridad cuando es fácil de entender.
Se aplica también a una manera de actuar, en la que no hay trampas, ni artificios, pues alguien se comporta de manera sincera. En este sentido, la claridad sería sinónimo de transparencia.
En general, la claridad está asociada a cosas positivas, mientras que la oscuridad se vincula a lo que es negativo en algún sentido. Este fenómeno dual está presente de muchas maneras (por ejemplo, un cielo despejado y luminoso nos resulta gratificante y oscuro nos parece triste).
Hay un componente simbólico en este concepto. Así como la oscuridad representa el mal, esto implica que su opuesto simboliza el bien. En consecuencia, cuando algo se presenta con la intención de transmitir valores supremos se utiliza la claridad en la imagen. De hecho, muchas obras pictóricas de tipo religioso utilizan la claridad para comunicar algún aspecto o idea en la representación. En los lugares sagrados se busca el efecto de la claridad para que los creyentes conecten mejor con un mensaje determinado.
En definitiva, el simbolismo de esta idea es tan importante como su definición estrictamente natural.