Biografía de Cecilia Grierson

Nació en Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes escoceses, muy numerosa, siendo ella la primogénita de un total de seis hermanos.

Sus primeros años transcurrieron sin sobresaltos, aún más,a gozó de un buen pasar económico que le facilitó el acceso a una buena educación, a una vasta biblioteca y a la posibilidad de pasar largas estadías en los campos de su familia en Uruguay y en Entre Ríos.

La inestabilidad política afectó y deterioró notablemente los pujantes negocios familiares; a pesar de sus escasos 11 años, y por ser la hermana mayor, asumió un nuevo rol familiar, especialmente tras la temprana muerte de su padre.

Junto a su madre, se pusieron la familia al hombro, y ella se encargó de la escuela rural que funcionaba en el campo familiar.

Sin dudas, este inesperado crecimiento de golpe forjó dos de sus principales virtudes: la fortaleza y la templanza.

Se recibió de maestra y consiguió un puesto como tal en una escuela de la parroquia de San Cristóbal, en Buenos Aires, ciudad en la cual recaló un tiempo antes para formarse como docente.

Cuando todo parecía encaminarse hacia una vida en la docencia, su vida profesional da un vuelco enorme cuando decidió estudiar medicina e ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas.

Una amiga muy querida enfermó de una afección respiratoria y pensó que estudiar medicina la ayudaría a encontrar la cura para salvarla.

Por supuesto, el camino no fue fácil, no solo porque la carrera era una “cuestión reservada a los hombres”, sino porque para poder cursarla había que tener aprobada la materia de latín, que únicamente se dictaba en el Colegio de Buenos, una escuela solamente de hombres.

Pero como nada la detenía, cursó la carrera y hasta llegó a ser ayudante en el laboratorio de Histología, sobreponiéndose a las críticas y descalificaciones de sus compañeros masculinos durante los seis años que duró la cursada.

Se graduó como médica y logró el hito inédito de ser la primera de su patria en hacerlo.

Inmediatamente, ingresó a trabajar en el hospital San Roque, donde se desempeñó como ginecóloga y obstetra; a pesar que contaba con el título habilitante de cirujana, no pudo ejercer como tal por su condición de mujer.

Fundó la escuela de enfermeras, la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, la Asociación Obstétrica Nacional de Parteras; fue inspectora de un asilo nocturno y secretaria del Patronato de la Infancia, entre otros. No solo se esforzó por curar, sino también por mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos.

Recibió otra “cachetada” desde el ámbito médico por su condición de mujer; tras anotarse en un concurso para ser profesora suplente de Obstetricia, el certamen se decretó desierto porque la mesa examinadora no pudo digerir que se presente una mujer y compita con un varón.

Creó infinidad de protocolos, métodos sanitarios e higiénicos que perduran hasta hoy: uso de uniforme para enfermeras, uso de sirenas en ambulancias, reparto de juguetes a niños hospitalizados, y la decoración de las salas pediátricas para darles un carácter más ameno.

Escribió textos y manuales sobre diversos temas médicos, que, por supuesto, se convirtieron en herramientas fundamentales de trabajo, y en materiales de estudio imprescindibles para quienes cursaron carreras de medicina y afines: La educación del ciego, Cuidado de enfermos, Guía de la enfermera, Masaje práctico (sobre técnicas kinesiológicas), Primeros auxilios en caso de accidentes, entre otros.

Desarrolló una intensa labor como docente, dictando cursos de gimnasia médica, como docente adscripta en la cátedra Física Médica y Obstetricia, entre otras.

Se retiró de la actividad docente

Fue una férrea activista a favor de los derechos de las mujeres. Creó una escuela técnica orientada a la economía de estas y a las labores domésticas, para que la mujer pudiese aprender sobre actividades económicas sin tener que depender de sus maridos.

Fue enviada por el gobierno argentino a Europa para que se interiorice sobre nuevas técnicas de investigación en materia médica.

Falleció a los 74 años en Buenos Aires, aunque los últimos años de su vida los pasó retirada en la localidad de Los Cocos, departamento de Punilla, en la provincia de Córdoba, donde continuó haciendo tareas benéficas.