Biografía de Carlos Menem

Nació en Anillaco, perteneciente al departamento de Castro Barros, en la provincia de La Rioja. Procedió de un hogar de origen musulmán, muy humilde. Sus padres fueron inmigrantes sirios que profesaron la religión musulmana sunní, aunque él fue bautizado por el rito católico.

Conoció a Juan Domingo Perón y su esposa Eva, en el marco de un viaje que hizo con el club de básquet en el que jugaba y ese evento lo acercó a la militancia política.

Se graduó como abogado en la Universidad de Córdoba y ejerció como tal en su provincia natal. Fue defensor público de los presos políticos del golpe militar de 1955 que derrocó a Perón.

Fue detenido por manifestarse contra el gobierno militar de Pedro Aramburu.

Fundó la Juventud Peronista en La Rioja y se convirtió en el asesor legal de la Confederación General del Trabajo (CGT). Su militancia estuvo atravesada por la inestabilidad política que se vivió en este tiempo.

Fue elegido para presidir el Partido Justicialista (PJ) riojano que se encontraba proscripto como su jefe Perón.

Se casó con Zulema Yoma, procedente de una acomodada familia de musulmanes. Tuvieron dos hijos: Carlos Junior y Zulema. La pareja siempre estuvo atravesada por un vínculo conflictivo, resultado de las presuntas y constantes infidelidades de él. Se separaron en medio de un escándalo al año de asumir como presidente de la Nación, en 1990.

Fue elegido gobernador de La Rioja en el marco de las primeras elecciones democráticas que se hicieron con participación del peronismo desde su proscripción en 1955. Se impuso con un 67 % de los votos.

Fue destituido cuando se produjo el golpe militar de 1976 que restringió las libertades individuales y políticas. Fue encarcelado, primero, en un buque anclado en la provincia de Buenos Aires y luego en un penal militar de la localidad bonaerense de Magdalena.

Recuperó la libertad y retomó su actividad como abogado en el ámbito privado.

Tuvo un hijo extramatrimonial con la dirigente política Martha Meza a quien conoció en sus tiempos de exilio en la provincia de Formosa cuando ella era maestra y él frecuentaba a su padre. Si bien se hizo cargo económicamente del niño, bautizado como Carlos Nahir, no lo anotó como propio y lo mantuvo en secreto durante muchos años. En 2000, su hijo se presentó ante la justicia para demandar su reconocimiento. Años después, la justicia determinó la certeza del vínculo padre-hijo y lo autorizó a llevar el apellido Menem. Ambos se revincularon y su hijo estuvo muy cerca en la última etapa de su vida.

Una vez restaurada la democracia volvió a ocupar el cargo de gobernador de La Rioja. Fue elegido por una mayoría que le otorgó el 54 % de los votos.

A mediados de los años ’80, el PJ, se encontraba escindido en dos facciones. Por un lado, la controlada por los dirigentes más tradicionales que seguían el legado de Perón y el sindicalismo. Y, por otra parte, un sector con una impronta renovadora en la cual se ubicó como uno de sus referentes.

Fue elegido secretario general del PJ y en 1987 reelegido como gobernador de La Rioja.

Se impuso en la interna del PJ al histórico Antonio Cafiero y fue el candidato del partido para disputar la elección presidencial en 1989.

Le ganó la elección, con casi el 50 % de los votos, al radical Eduardo Angeloz.

Asumió la presidencia en un contexto económico muy complejo: una hiperinflación que se movía a 3.000 % anual y una deuda externa que ascendía a los 63 millones de dólares.

Contraviniendo todas las promesas de campaña y los postulados de su partido tuvo que aplicar un programa de ajuste de las cuentas públicas muy severo. Este paso le valió la dura crítica de sectores sindicales y de actores de su propio partido que lo tildaron de traidor.

Durante los primeros años de gobierno ejecutó las medidas más ortodoxas y difíciles: desregulación de la economía, privatizaciones de empresas públicas, reducción del gasto público, limitación de paritarias, reforma en el sistema previsional entre otras.

Indultó a militares y a civiles que perpetraron crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar (1976-1983). Tanto esta medida como otras que tomó en este sentido más adelante y las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, sancionadas durante la gestión de Raúl Alfonsín, se conocen popularmente como leyes de impunidad. En 2003, las leyes y sus indultos fueron declarados inconstitucionales. El 30 de diciembre del siguiente año amplió los indultos.

Comenzaron a aparecer los frutos de tan descarnado ajuste luego de la implementación de la ley de convertibilidad de la moneda (un peso = a un dólar) ejecutada por su ministro de economía Domingo Cavallo.

En los siguientes años sobrevino el tan esperado crecimiento de la economía lo que le permitió asegurarse la reelección, previa reforma constitucional.

Suscribió el Pacto de Olivos con el líder de la oposición, el radical Raúl Alfonsín, entre los acuerdos alcanzados destacó la reforma constitucional que, entre otros puntos, aseguró la reelección presidencial.

Durante su primera presidencia se produjeron los dos atentados terroristas más graves de la historia del país. En 1992 se voló la sede de la embajada de Israel, en el barrio de Retiro, y en 1994, la de la mutual judía AMIA en la zona de Once. Ninguno de los dos atentados logró esclarecerse totalmente, ni definir y sentenciar a sus culpables. Se comprobaron irregularidades en las investigaciones policiales y judiciales y complicidades locales que facilitaron a un grupo terrorista iraní perpetrar dichos ataques que dejaron un trágico saldo de muertos, heridos y daños materiales.

Murió su hijo Carlitos en un accidente aéreo. La conmoción local y familiar fue enorme. La campaña por su reelección estuvo atravesada por la tragedia y la disputa con su exmujer que denunciaba que su hijo había sido víctima de un atentado, presuntamente producto de una venganza contra su padre.

Fue reelegido con el 49,6 % de los votos.

Su segundo mandato estuvo signado por la renuncia de su ministro estrella Domingo Cavallo, apartado del cargo por sus reiteradas denuncias de corrupción contra funcionarios y amigos del gobierno.

El sindicalismo también empezó a fustigar el rumbo de la gestión por el creciente desempleo que generaron sus reformas liberales en el campo laboral. A la par crecía la pobreza, su imagen se desgastaba y el contexto económico internacional tampoco ayudó.

Por otra parte, comenzaron a aparecer los rivales internos en el PJ, tal fue el caso de su vicepresidente Eduardo Duhalde que le empezó a disputar espacios de poder que quería ocupar.

Renunció a forzar una segunda reelección. La resistencia popular, la sindical y los números desfavorables de la economía lo obligaron a aceptar el fin de su liderazgo.

Se casó con la ex Miss Universo, modelo y conductora chilena Cecilia Bolocco. La pareja tuvo un hijo llamado Máximo.

La justicia ordenó su arresto por su participación en una causa que se denominó “venta ilegal de armas”, por firmar tres decretos en los que se avalaba el desvío de 6.500 toneladas de material militar a países que se encontraban en guerra (Croacia y Ecuador), en la década del ’90.

Se le habilitó la prisión domiciliaria en una finca en las afueras de Buenos Aires. Antes de fin de ese año recuperó la libertad.

Se presentó como candidato a presidente en las elecciones presidenciales. Si bien obtuvo la mayor cantidad de votos (24,3 %), fue una elección muy fragmentada y atravesada por la crisis del 2001 que terminó con la renuncia del presidente Fernando De la Rúa.

Néstor Kirchner salió segundo y entonces debían disputar un ballotage. El escenario le era muy adverso por el fuerte rechazo que su figura despertaba en una segunda vuelta electoral. Renunció a presentarse y Kirchner fue proclamado presidente.

Asumió una banca como senador nacional por la provincia de La Rioja.

Falleció en la ciudad de Buenos Aires a causa de una insuficiencia cardíaca. Tenía 90 años. Sus restos fueron velados en el salón azul del Senado y sus restos fueron inhumados en el Cementerio Islámico de La Tablada.