El capital circulante es aquel capital que una empresa requiere para llevar adelante sus actividades cotidianas. En otras palabras, el capital circulante refiere a los recursos financieros para mantener vigente el proceso productivo, proceso que terminará generando los recursos económicos para cubrir el capital circulante invertido. De esta manera, la actividad de una organización productiva puede verse como una serie de ciclos de utilización de capital y de recuperación del mismo; dichos ciclos pueden tener diversos grados de amplitud, de extensión en el tiempo y de esta circunstancia dependerá en buena medida el tamaño del capital circulante necesario para mantener a flote el negocio.
Cubrir necesidades de corto plazo
Una empresa requiere para su funcionamiento hacer frente a distintos gastos como por ejemplo el pago de insumos, de salarios o de servicios necesarios, etc. Estos elementos serán los que finalmente posibiliten llevar adelante un proceso que derivará en la recuperación de dicho capital, recuperación que se concretará con los pagos recibidos de los clientes. En el caso de que la empresa requiera de un capital mayor al que realmente se posee se incurrirá en una situación de insolvencia, situación que deberá ser afrontada con financiamiento externo pero que tendrá un determinado costo asociado a la tasa de interés.
Ciclo del capital circulante
Como hemos establecido, la dependencia del funcionamiento de la empresa con respecto a este capital hace necesaria una gran evaluación de las condiciones en las que la misma estará sometida en lo que respecta al ciclo consistente en producir y cobrar lo adeudado. Este ciclo puede denominarse ciclo del capital circulante y da cuenta de las erogaciones y los cobros que se tienen en un tiempo inferior a los doce meses. Mientras más largo sea este ciclo, más será el capital circulante necesario; por el contrario, mientras más corto sea el ciclo, menor será el capital circulante necesario. La razón de esta circunstancia es obvia; la empresa deberá pasar por un tiempo más largo antes de cobrar por aquello que produce.
Un concepto crucial
El concepto de capital circulante es de gran relevancia para entender el funcionamiento de una empresa y posibilitar que se despejen problemas de liquidez que sean nocivos para sus actividades. En efecto, mantener la liquidez es un objetivo importante, aunque ciertamente pueden existir mecanismos para sobrellevar una situación de insolvencia temporal. No obstante, existen circunstancia que pueden llegar a ser muy dañinas, como por ejemplo un contexto de gran inflación; en el mismo, es posible que parte del capital circulante se pierda, hecho que hace muy necesario la observación minuciosa de las finanzas.