El término candidatura presenta varias acepciones y cada una de ellas se manifiesta igualmente en un contexto determinado. Así, es posible entender este concepto en el marco del trabajo, en el ámbito de la política o en relación con distinciones honoríficas.
En los contextos que a continuación se presentan hay un elemento en común: la competencia entre varios aspirantes a conseguir algo.
En el mundo laboral
Quien aspira a obtener un puesto de trabajo es un candidato que, a su vez, compite con otros individuos que también pretenden ser seleccionados para un empleo concreto. Se trata de una competición entre individuos, quienes de alguna manera presentan su candidatura para ser uno de los elegidos por la empresa.
Los especialistas en búsqueda de empleo aconsejan que el aspirante a un trabajo intente diferenciar su candidatura de la de los otros competidores, es decir, no ser uno más sino que cada candidato debe utilizar lo mejor posible sus «armas» y habilidades personales.
En la política
Para presentarse a unas elecciones democráticas, las distintas formaciones políticas presentan sus candidaturas, formadas por todos aquellos individuos que pretenden ser elegidos por los ciudadanos en las urnas. En este sentido una candidatura queda reflejada en una lista o papeleta electoral en la cual aparecen los nombres de cada uno de los candidatos.
En ocasiones, los candidatos son elegidos internamente en el seno de los partidos políticos (este tipo de elecciones son conocidas como primarias y generalmente se presentan varios candidatos para que los militantes elijan al que consideran mejor).
Honores, distinciones y premios
En todo el mundo se organizan acontecimientos en los que se premia la valía de alguien por algún motivo. Hay certámenes relacionados con el ciencia y la cultura (por ejemplo, los premios Nobel), con el deporte (el balón de oro sería un ejemplo) o con el mundo del espectáculo (los oscars de Hollywood son los más reconocidos internacionalmente). Cualquiera de los ejemplos mencionados incorpora el mecanismo de distintas candidaturas que aspiran a ser la ganadora final.
El concepto de candidatura como reconocimiento o distinción no siempre está asociado a una persona, pues también hay candidaturas de ciudades (por ejemplo, para los Juegos Olímpicos) o de tipo cultural (como la declaración de patrimonio de la humanidad de alguna creación humana o un paraje natural).