Fue uno de los periodistas del Washington Post que destapó el célebre caso Watergate que propició la renuncia del presidente norteamericano Richard Nixon en el año 1974.
En 2018, más de cuatro décadas después de Watergate, que marcó un antes y un después en la política y el periodismo de los Estados Unidos, otro presidente, Donald Trump, volvió a sufrir las investigaciones y la pluma de este legendario e implacable periodista
El libro que le quitó el sueño y le puso los pelos de punta a Trump, a sus asesores, y a quienes integran su gobierno, asusta a cualquier persona con tan solo leer su título: «Miedo: Trump, en la Casa Blanca», que salió a la venta el 11 de septiembre de 2018.
Si bien para muchos analistas políticos, para los ciudadanos norteamericanos, y para gran parte del resto del mundo no es una novedad la metodología de incorreción política con la cual se movió el mandatario apenas asumió, el contenido del libro, que justamente aborda el ejercicio de poder de Trump, provocó una tremenda sorpresa por las increíbles historias que relata sobre un presidente que siempre está al borde de un «ataque de nervios», cuenta con poca formación para el cargo, y estalla de ira contra todos aquellos que lo contradicen
Por supuesto y muy fiel a su estilo contestatario, Trump, usó su cuenta de Twitter para manifestar que lo que relata el libro es una mentira resultado de su autor y de ex empleados resentidos.
Una de las situaciones más increíbles que asegura Woodward en el libro es que algunos se los principales colaboradores de Trump llegaron al punto extremo de esconderle documentos para que no los firme y de ese modo evitar una catástrofe económica, como por ejemplo hubiese sido que Estados Unidos se retirase del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o de un acuerdo comercial con Corea del Sur.
Otra muestra del carácter irascible e intempestivo que se le atribuye al presidente estadounidense quedó evidenciado con otra anécdota que relata el libro, y que estremece ciertamente: Trump le pidió en 2017 a su secretario de defensa, James Mattis, que mate al presidente sirio Basher Al Assad, cuando creyó que este había lanzado un ataque químico.
A esto se le suma la afirmación de este funcionario que habría dicho que la comprensión que Trump tiene sobre política exterior es igual a la de un niño de quinto grado.
Y quien también cayó en sus erráticos y discriminatorios comentarios fue el fiscal general Jeff Sessions, con quien mantuvo una fuerte disidencia y lo calificó de retrasado mental.
En la semana previa a la publicación del libro (*en 05/09/2018), coincidiendo absolutamente con el planteamiento del libro de Woodward, el New York Times, generó una gran conmoción en la opinión pública y en el gobierno de Trump al publicar una carta anónima de un funcionario de la Casa Blanca en la cual confirma gran parte de las publicaciones del libro
Dicha aparición también provocó un revuelo gigante en el entorno presidencial que se pregunta y pregunta quién fue el empleado infiel…
Respecto de Woodward, más allá de los comentarios descalificadores de Trump, debemos decir que es uno de los periodistas más destacados de su generación.
A lo largo de su trayectoria ganó dos Premios Pulitzer.