El término de bien común puede analizarse desde diferentes perspectivas y disciplinas como lo son las ciencias políticas, la economía o la filosofía. Sin embargo, la principal acepción del término refiere a la consecución del fin último de una sociedad o comunidad. Esto es aquello que es bueno o deseable para todos los miembros de la misma como conjunto. De acuerdo a Matteucci, el concepto deriva de una percepción político-católica de la sociedad en la cual toda regulación y ordenamiento social se basa en la solidaridad.
Por su parte, Schultze afirma que, además de la búsqueda del bienestar social, también se busca el interés público entendido como aquello que concierne a todos. Asimismo, el bien común puede ser entendido como una contraposición a las nociones de lo privado y del interés individual, mismo que deviene de la realización de las personas de forma particular.
Matterucci puntualiza que el bien común no llega a traducirse como la suma de los bienes individuales de los miembros de una comunidad, sino que se trata del objetivo último que esta persigue. A pesar de ello, la idea bien común no niega a los intereses individuales, más se puntualiza que estos se subordinan al fin colectivo.
Bien público
Como se dijo anteriormente, el término de bien común se utiliza desde la perspectiva de diversas disciplinas. Una de ellas es la ciencia económica, en la que con frecuencia se usa como símil de bien público. Este puede entenderse como un bien de la colectividad al que se puede acceder sin ningún tipo de exclusión y cada miembro del colectivo puede sacar beneficio de él.
Matteucci señala que una de las diferencias fundamentales entre el bien común y el bien público es que este último pertenece a todos siempre y cuando la colectividad esté unida, mientras que el primero, además de ser intangible, permanece como valor intrínseco de cada uno de los individuos en cuanto a que pertenecen a un Estado.
El bien común y la ley
A pesar de que al referirnos a bien común hablamos de una abstracción que empíricamente no puede visualizarse, Poole nos dice que es la ley la que aparece como el instrumento por el cual se persigue. Al menos en teoría, cualquier normatividad o principio legal existe en función de la búsqueda del bien común de la población a la que rige. Asimismo, la ley expresaría la voluntad general, y esta, a su vez, ha de tener como objetivo último la búsqueda del bien común legitimando así la instauración de una norma.
Pensadores
Uno de los principales pensadores que expuso ideas importantes con respecto al concepto de bien común fue Tomás de Aquino, quien aborda este tema en varios de sus escritos. El autor destaca que todo bien individual se orienta con fundamento al bien común entendido como el fin último al que se aspira.
Otro teórico relevante en el tema fue Jacques Maritain, cuya principal aportación al respecto fue el puntualizar que el bien común no se refiere a la suma de los intereses particulares, cómo podría señalarse desde una perspectiva netamente utilitaria. El autor analiza al bien común como una unidad política completa que no corresponden a la suma de los partes.
Por su parte, Gallegos Rocafull apunta cuatro rasgos esenciales del bien común: 1) su carácter de común, es decir, que es un bien de la sociedad en su conjunto, razón por la cual afecta a los miembros de la misma; 2) la inclusión de los bienes particulares dentro del bien común; 3) la diferencia del bien común y de los bienes particulares como análoga a la diferencia del todo con sus partes, y 4) los bienes particulares devienen de una ordenación del bien común.
Matteucci apunta a que el bien común es una exigencia comunitaria basada en un conceso de valores y reglas mínimas de convivencia. Por ello, la búsqueda del mismo devendría de la cultura política de la comunidad en cuestión, es decir, tal como lo señala Poole, el bien común no es único, sino que cada comunidad o población tendría alguno distinto.