Es la máxima expresión de la suntuosidad y el dueño de la producción y comercialización de los bienes más codiciados por las personas, sin excepciones: relojes, joyas, champagnes, indumentaria de alta costura, perfumes y productos de coméstica de altísima calidad.
El mundo lo apoda el emperador del lujo desde que asumió exitosamente la presidencia del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), dueño de las marcas más exclusivas del mundo
Su conglomerado de empresas interviene en las selectas industrias de vinos y licores donde destacan las tradicionales marcas de Champagnes Chandon y Dom Pérignon; en moda, con las exclusivas Louis Vuitton, Givenchy, Christian Dior, Kenzo; en perfumería y cosméticos: Guerlain; y relojes y joyas: Bvlgari, Hublot y Tag Heuer, entre los más salientes.
La producción de su grupo está destinada a un público más bien pequeño pero que tiene la capacidad adquisitiva de pagar miles y miles de dólares por una original cartera de Louis Vuitton, por ejemplo
Crear objetos, prendas, y artículos únicos es lo que ha diferenciado a su empresa, sabiendo capitalizar como nadie en el planeta lo que las personas más acaudaladas quieren tener en sus casas y placares, porque para ellos justamente poder comprar algo en miles de dólares o euros es lo que les da el estatus de pertenencia a la clase alta.
En los rankings de personalidades más ricas siempre aparece bien rankeado, en 2018, por ejemplo, se lo indicó como el cuarto hombre más rico del mundo, el más rico de su país Francia, y el primero de Europa, de acuerdo a las estimaciones efectuadas por la revista Forbes, especializada en el estudio de estas cuestiones financieras
Nació en Francia, en el año 1949.
Su padre era el dueño de una empresa constructora de obra pública cuando él nació, en tanto, cuando estuvo en capacidades de decidir la suerte del negocio familiar incentivó a su padre para que oriente la empresa hacia los bienes raíces, logrando un impresionante éxito en el rubro.
Ese cambio le permitió a la empresa crecer y expandirse fenomenalmente hasta llegar a mediados de los ochenta a comprar la que para él era la gran joya textil francesa: la marca Christian Dior.
A partir de ese momento y superando algunos obstáculos que las coyunturas locales e internacionales le pusieron a los rubros en los que participa el grupo que lidera, logró su plan de expansión satisfactoriamente, e incluso superó sus propias expectativas convirtiéndose en el presidente del único grupo de bienes de lujo del mundo
Pero sus inversiones no se agotan en lo expuesto y también ha incursionado en otros sectores menos opulentos como la exitosa plataforma web Netflix y el hipermercado Carrefour, entre otros
De sus dos matrimonios tiene cinco hijos.