- 17/02/1836
- 1846-1847
- 1848
- 1850
- 1852
- 1854
- 1857
- 1858
- 1860
- 1861
- 1864
- 1868
- 1870
- 09/1870
- 10/12/1870
- 22/12/1870
- Post mortem
- 1871
Nació en la ciudad de Sevilla, España.
Tras su nacimiento fue anotado en los registros oficiales como Gustavo Adolfo Bastida, sin embargo, con el tiempo decidió usar el segundo apellido de su padre Bécquer.
La familia Bécquer estaba muy vinculada con el arte y él nació rodeado de ese espíritu artístico.
Su padre fue un pintor muy reconocido, exponente del costumbrismo sevillano, y su hermano también se dedicó a la pintura con cierto reconocimiento.
Murió su padre y al año su madre. Tras la tragedia familiar fue adoptado por una tía materna.
Estudió en el Colegio de Humanidades de San Telmo donde tomó estrechó contacto con la literatura, especialmente con la poesía, a través de un maestro, y de su mejor amigo y compañero Narciso Campillo, con quien compartió la misma pasión por las letras.
La reina de España Isabel II suprimió el colegio y entonces se fue a vivir con su madrina. Allí disfrutó de su prolífica biblioteca y comenzó un aprendizaje más autodidacta.
Trabajó de aprendiz de un pintor.
Estudió pintura en el taller de su tío.
Abandonó la pintura y viajó a Madrid, interesado en seguir una carrera de letras.
De a poco comenzó a cumplir su objetivo escribiendo comedias, novelas, entre otros escritos.
Para ganarse la vida trabajó como escribiente de la Dirección de Bienes Personales. Sin embargo, el trabajo no le duró demasiado ya que lo sorprendieron haciendo dibujos y eso disgustó a sus superiores.
Compaginó la actividad literaria con la pintura de frescos.
Enfermó de tuberculosis y ya nunca más volvió a gozar de una completa salud.
Publicó muchas de sus composiciones en periódicos, tal era la costumbre en aquella época.
Finalizó la quinta entrega de la Historia de los Templos de España.
Empezó a experimentar el amor y el desamor, al enamorarse de Julia Espín primero, luego de Elisa Guillén, amores desafortunados ambos; la primera no lo correspondió porque le disgustaba la vida bohemia que llevaba el poeta, mientras que la segunda lo abandonó.
Todos estos dolores y penas amorosas los volcó en sus obras.
Se publicó Cartas literarias a una mujer, en el periódico El Contemporáneo; la obra consta de cuatro cartas, y es junto a Rimas y Leyendas, de las creaciones más celebras del autor.
Se casó con Casta Esteban, con quien tuvo dos hijos, aunque se especula, a razón de sus manifestaciones escritas, que el matrimonio no fue feliz.
Publicó varias de sus rimas.
También aportó su creatividad y arte al teatro musical.
Participó en cinco zarzuelas, uno de los géneros musicales autóctonos y más apreciados de su patria.
Obtuvo un cargo público como censor de novelas, que le ayudó a su supervivencia económica.
Su situación financiera siempre fue difícil y no pudo jamás lograr un buen pasar económico.
Empezó a escribir Cartas desde mi celda en un monasterio, en el cual se refugió para reponerse de otro duró revés que le propinó la tuberculosis a su salud.
Se separó de su esposa tras descubrir su infidelidad.
Se trasladó con sus dos hijos a la casa de su hermano en Toledo.
El único retrato que existe del autor se lo hizo justamente su hermano y se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Fue designado director de la Ilustración de Madrid, una revista ilustrada que se editó en Madrid entre los años 1870 y 1872.
Falleció su hermano, hecho que le produjo un durísimo golpe en lo anímico.
Se enfermó gravemente de los pulmones, y su ánimo, ya en baja, no lo ayudó a mejorarse.
Falleció a la temprana edad de 34 años, a causa de la tuberculosis que arrastraba desde sus 21 años. Se especula que un enfriamiento durante el invierno agravó su ya delicado estado.
Sus restos descansan en el panteón de los sevillanos ilustres, ubicado debajo de la Iglesia de la Anunciación, y al cual se puede ingresar a través de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.
Se publicó Rimas y Leyendas, su obra cumbre, un compendio de sus poemas y relatos, que se convirtió en uno de los más populares y leídos de la literatura hispana.
Logró un fantástico reconocimiento. Si bien antes de su fallecimiento gozó de respeto y una incipiente celebridad en el circuito literario, fue recién tras su muerte que su obra se difundió mundialmente y se erigió en uno de los poetas más influyentes de la historia.
Fue el referente de los escritores que adscribieron al movimiento Modernista en el siglo XX.