La ciencia al servicio del hombre.- No hay duda alguna que la ciencia a través de sus investigaciones a lo largo de tantos siglos de vida ha develado cuestiones fundamentales para las mejoras de diversos aspectos de la realidad, y en lo que respecta a la biología y medicina, los descubrimientos que se han logrado en estos campos significaron notables avances para la cura y el diagnóstico de enfermedades, por ejemplo, y para citar lo más relevante.
Un hombre al servicio de la ciencia tiene su premio Nobel
Y en esto último justamente se ha destacado el médico venezolano Baruj Benacerraf y que incluso fue lo que lo acercó al Premio Nobel de Fisiología y Medicina en el año 1980.
Las estructuras de la superficie celular determinadas por la genética son capaces de regular las reacciones inmunológicas
En compañía de colegas como el francés Jean Dausset y el norteamericano George Davis Snell, Benacerraf, descubrió que las estructuras de la superficie celular determinadas por la genética son capaces de regular las reacciones inmunológicas.
Al descubrimiento se lo conoció formalmente como complejo mayor de histocompatibilidad. Los genes ubicados en el cromosoma 6 son capaces de regular la respuesta inmune ante un antígeno. Se demostró además que la respuesta inmune será diversa en cada individuo, es decir, se hereda en principio, y será única e irrepetible en cada persona que la manifiesta. Si bien todos responderemos ante un antígeno, cada cual lo hará a su modo y de acuerdo a la herencia recibida por parte de los padres.
Nacimiento en Venezuela, estudios y vida profesional en Estados Unidos
Baruj Benacerraf nació un 29 de octubre del año 1920 en la ciudad venezolana de Caracas pero en su juventud se radicó en los Estados Unidos y allí realizaría sus estudios superiores en la Universidad de Columbia y en la Escuela de Virginia y viviría allí el resto de sus días, hasta su fallecimiento en la ciudad de Boston, un 2 de agosto del año 2011. Incluso hasta tuvo una participación como médico en la Segunda Guerra Mundial, en la cual Estados Unidos tuvo un rol relevante.
Hacia mitad del siglo pasado se dedica a la investigación científica y entre medio de esa labor también destinó su tiempo a la formación de nuevos profesionales, desempeñándose como profesor de Patología en la Universidad de Harvard.
Obtuvo muchos reconocimientos relevantes a lo largo de su carrera. Al Nobel de Medicina en 1980 se le suman la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos, en 1990 y el ingreso a la Academia norteamericana de Artes y Ciencias y a la Academia de Ciencias.