No se refiere a un espacio físico, sino que tiene relación con un enfoque educativo. El aula invertida supone una nueva perspectiva metodológica en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un día de clase convencional
El profesor explica un tema a los alumnos a través del libro de texto tradicional y, paralelamente, cuenta con el apoyo de una pizarra en la que anota esquemas, conceptos y todo aquello que sea relevante. Cuando finaliza la jornada escolar, el alumno realiza tareas en su casa para complementar aquello que ha aprendido durante la clase.
En el modelo tradicional el docente es la figura central en la transmisión de conocimientos y el alumno adopta un rol pasivo
Una nueva perspectiva
En el modelo convencional anteriormente descrito es bastante habitual que el profesor no pueda realizar un seguimiento de la trayectoria de cada uno de sus alumnos.
Para superar esta limitación, en la metodología del aula invertida se propone un nuevo formato basado en 8 apartados:
1- El protagonista de la formación es el alumno, quien participa activamente en la construcción del conocimiento.
2- El proceso de aprendizaje es de tipo semipresencial, ya que una parte de los conocimientos se adquieren fuera del aula.
3- El tiempo de clase se aprovecha para afianzar los procesos cognitivos de mayor complejidad (revisión de conceptos, ejercicios en grupo, corrección de errores…).
4- Siguiendo las pautas del profesor, el estudiante utiliza todos los recursos de la red para comprender mejor unos contenidos. Vale la pena recordar que en los tutoriales de YouTube o en los podcast de audio se tratan todo tipo de contenidos educativos.
5- El alumno puede elegir dónde y cuándo aprende algo.
6- El profesor es flexible en relación con el tiempo de aprendizaje de cada alumno.
7- Los alumnos trabajan de forma colaboradora con sus compañeros de aula y comparten aquello que han aprendido en sus casas.
8- Al contrario de lo que sucede en el modelo convencional, en el aula invertida los deberes se realizan en clase y la teoría se aprende fuera de ella.
Origen del novedoso planteamiento
El modelo de aula invertida surgió 2007 en Colorado (Estados Unidos). Los profesores Jonathan Bergman y Aaron Adams empezaron a utilizar un software para realizar presentaciones de Power Point y posteriormente publicaron los resultados en internet para que los estudiantes que habían fallado a clase pudieran acceder a los conocimientos.
El término que emplearon para referirse al nuevo sistema fue «flipped classroom», que normalmente se traduce como aula invertida.