El término asamblea se define como la reunión de diversas personas convocadas para exponer sus opiniones, debatir y tomar una decisión conjunta sobre un tema concreto.
La asamblea como forma de organización para la toma de decisiones existe tanto en el ámbito público como en el privado, en las altas instancias o a pie de calle. Podemos encontrar asambleas en las que se toman decisiones políticas de gran calado, pequeñas asambleas de barrio donde se discuten cuestiones relativas a la comunidad, o grandes corporaciones en las que se convocan asambleas de accionistas para aprobar determinadas medidas.
En todos y cada uno de estos casos el fin último es el mismo. Tomar una decisión que tenga el respaldo de una mayoría y, por tanto, hacer al conjunto responsable de las consecuencias de la misma en lugar de dejar dicha responsabilidad en manos de un único individuo.
Asamblea: Formas de decisión
Debido a que la asamblea está formada por personas con distintos puntos de vista y opiniones, no siempre resulta fácil llegar a la toma de decisiones. A lo largo de ella, los asistentes gozan del derecho de poder expresar su visión del asunto que se trata, pero el resultado final ha de ser que la asamblea como conjunto sea capaz de tomar una decisión.
Para llegar a ésta puede realizarse por dos vías: consenso o votación
Consenso: la búsqueda del consenso es la fórmula que trata de integrar distintas visiones del tema en una propuesta final que, si bien no satisface por completo a ninguna de las partes que han expresado diferentes posturas, es admisible como buena por todas ellas. Este sistema es lento y no siempre consigue los resultados esperados, ya que en ocasiones, algunos participantes de la asamblea mantienen posturas inflexibles y no es posible alcanzar acuerdos.
Votación: cuando se produce ese caso es necesario recurrir a la votación, en la cual cada uno de los representantes emitirá su voto en favor de una de las propuestas y el resultado final será el que una mayoría haya apoyado. La cuantía necesaria normalmente está recogida en los estatutos por los que se rija la organización y puede variar de unos casos a otros.
Una asamblea no ha de buscar siempre y de forma necesaria el consenso, y muchas de ellas establecen un sistema de votación de forma directa como método de toma de decisión ya que agiliza los procesos.