Aprender es la capacidad de adquirir algún tipo de conocimientos. Si bien el aprendizaje lo asociamos normalmente al ser humano, no debemos olvidar que algunos animales también disponen de dicha capacidad.
Aprendemos porque somos inteligentes, lo cual significa que nuestro cerebro está diseñado para asimilar conocimientos. Aprendemos de varias maneras: a través de la observación directa, a través de nuestro raciocinio, mediante el hábito del estudio o simplemente conviviendo con los demás. De alguna manera, estamos aprendiendo permanentemente.
El proceso de aprendizaje
El hecho de aprender va más allá de la capacidad intelectual, ya que también intervienen otros factores en el proceso de aprendizaje, como la motivación, el entorno social o los estímulos que recibimos.
Cuando nacemos carecemos de conocimientos y de manera paulatina los vamos adquiriendo. Los psicólogos y especialistas en la conducta humana estudian el fenómeno del aprendizaje. De una forma sencilla, se podría decir que el mecanismo es simple: un estímulo externo provoca una respuesta. Así, se puede saber cuál es el estímulo y cuál es la respuesta (el aprendizaje concreto de algo), pero resulta más complejo determinar qué sucede en nuestro cerebro entre el input y el output, el estímulo y la respuesta.
Desde un punto de vista evolutivo, tanto los humanos como los animales necesitamos adaptarnos a nuestro entorno y el proceso de adaptación es, básicamente, una forma de aprender. Así, un animal que no aprenda a sobrevivir morirá y una persona que no aprenda ciertas destrezas tendrá dificultades para la vida diaria.
El aprendizaje tiene una dimensión doble: los aspectos sociales del aprendizaje y los aspectos genéticos. Socialmente aprendemos de la familia, en el colegio o con los amigos. Y esto es posible porque genéticamente tenemos una predisposición para el aprendizaje. En consecuencia, el aprendizaje se explica como una síntesis entre lo natural (el propio cerebro) y lo convencional (el conjunto de relaciones humanas que afectan a los individuos).
Teorías del aprendizaje
Hay varios modelos explicativos relacionados con el aprendizaje. La teoría conductista se fundamenta en los procesos de estímulo-respuesta ya mencionados. Según los que defienden la teoría de la conciencia nuestra mente valora todos los elementos que intervienen en el aprendizaje (los sentimientos, la intuición o la finalidad de lo que aprendemos). Las teorías cognitivas hacen hincapié en los procesos internos relacionados con el aprendizaje, es decir, lo que le ocurre al individuo cuando aprende.
Las distintas teorías del aprendizaje tienen relación con la metodología educativa y, en consecuencia, con los distintos modelos de enseñanza.