El italiano Antonio Meucci fue un prolífico inventor durante el siglo XIX.
En su larga carrera de inventos se destacan el teletrófono, que más tarde se popularizaría como teléfono, el sistema de galvanizado, sistema de filtro para depurar el agua, la parafina para producir velas y el sistema de electroshocks como terapia, entre otros.
Antonio Santi Giuseppe Meucci, nació en la ciudad de Florencia, el 13 de abril del año 1808.
Interesado por la invención y la ciencia, Meucci, estudiaría ingeniería industrial y química en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal.
La vinculación que Meucci tuvo con el Movimiento de Liberación Italiano , que participaría activamente en la reunificación de los diferentes estados en los que se hallaba dividida su patria, le traería muchas complicaciones con la ley y marcaría el alejamiento para siempre de su país, del cual se fue en el año 1835 con su esposa.
La primera parada del autoexilio fue Cuba, donde Meucci incluso trabajaría algún tiempo en el Gran Teatro de Tacón en La Habana.
Tiempo después, la pareja, se asienta para siempre en una población cercana a Nueva York, en Estados Unidos.
Desde su llegada, Meucci, fue un inmigrante muy respetado y referente de la comunidad italiana, que siempre ayudó a cualquier compatriota que lo necesitaba.
En un primer tiempo instaló una fábrica de venta de velas y en ese quehacer descubriría la utilización de la parafina para la fabricación de las mismas.
Como su esposa padecía de reuma, Meucci, buscó y buscó la solución para generar un sencillo canal de comunicación con ella mientras estaba trabajando en su oficina y ella en la habitación del segundo piso de la casa que habitaban… y así apareció el famoso teletrófono, más tarde bautizado como teléfono.
Meucci, era un hombre de pocos recursos económicos y por ello se le hacía cuesta arriba patentar el increíble invento que tenía entre sus manos.
Le presentó la propuesta a una empresa que no le prestó ni la más mínima atención sino que además no le devolvería la documentación.
Al tiempo, esa información cae en manos del científico e inventor Alexander Graham Bell, quien si logra patentar el teléfono, y por décadas y décadas se le atribuiría a él el invento.
En el año 2002 recién se consigue que el congreso norteamericano reconozca a Meucci como inventor del teléfono y no a Bell.
El 18 de octubre del año 1889 fallece en Staten Island, Estados Unidos, a los 81 años de edad.