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Biografía de Antonio Gasalla

Tenía 84 años. Gasalla no fue solo un actor. Fue una institución. Con sus personajes, sus silencios incómodos, sus risas provocadas y sus gestos cargados de intención, le puso un espejo en la cara a una sociedad que, a veces, no quería mirarse. Y esa, quizás, haya sido su más profunda obra de arte.
  • 9 de marzo de 1941 – Ramos Mejía, donde todo empezó
  • Antonio Alberto Gasalla nació una mañana de otoño en Ramos Mejía, una localidad del conurbano bonaerense. Criado en una familia de clase media, fue un niño curioso, sensible, observador, con una mirada que desde temprano parecía captar más de lo que los adultos querían mostrar. En esos años de cine de barrio, donde las estrellas de Hollywood brillaban en la pantalla y en el imaginario colectivo, Gasalla cultivó su primer amor por el espectáculo. Sin embargo, su camino a la actuación no fue inmediato.
    Década de 1960 – El salto del consultorio al escenario

    Su primera elección académica fue odontología. Pero no tardó en descubrir que su vocación estaba lejos de las muelas. En una decisión que marcaría su destino, abandonó los libros de anatomía para ingresar al Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Fue allí donde conoció a Carlos Perciavalle, una conexión artística que sería vital. Juntos, y con otros nombres clave como Edda Díaz, crearon algo nuevo en la escena porteña: el café-concert. Un formato íntimo, provocador, fresco. En 1966 estrenaron Help Valentino, y sin saberlo, cambiaron para siempre la forma de hacer humor en Argentina.

  • 1974 – Una tregua y una nominación al Oscar
  • Mientras el país vivía años convulsos, Gasalla encontró un lugar en el cine nacional. Su participación en La tregua, dirigida por Sergio Renán y basada en la obra de Mario Benedetti, le permitió formar parte de la primera película argentina nominada al Oscar. Aunque no fue un papel protagónico, representó un reconocimiento a su versatilidad y sensibilidad actoral. Gasalla no solo hacía reír; también sabía emocionar.
    1985 – El nacimiento de un mito: Mamá Cora

    Ese año, el cine argentino vivió un hito con el estreno de Esperando la carroza, una comedia ácida que retrataba los vínculos familiares con un humor corrosivo y ferozmente humano. Gasalla se puso en la piel —literalmente, tras horas de maquillaje— de Mamá Cora, una anciana entrañable, ausente y presente a la vez, que con su silencio desnudaba la hipocresía de todos a su alrededor. No fue solo una actuación; fue una transformación artística y cultural. Mamá Cora se convirtió en un ícono, y su intérprete, en leyenda.

  • Finales de los 80 y los 90 – La televisión según Gasalla
  • A fines de los años 80, lanzó su propio programa: El mundo de Gasalla. Fue allí donde desplegó todo su arsenal creativo. Cada personaje que interpretaba era una mirada sobre el país: La Abuela, con su lengua filosa; Flora, la empleada pública eternamente al borde del colapso burocrático; Soledad Dolores Solari, la millonaria excéntrica que criticaba a todos. Gasalla hacía humor, sí, pero con bisturí. Cada sketch era una radiografía emocional, política y social del momento. Su humor era ácido, pero nunca cruel. Era crítico, pero también profundamente humano.

  • 2009 – De los blogs al teatro: «Más respeto que soy tu madre»
  • En un nuevo giro creativo, Gasalla llevó al teatro una obra basada en un blog, Más respeto que soy tu madre, de Hernán Casciari. El experimento fue un fenómeno. Durante años, miles de espectadores se rieron, se conmovieron y aplaudieron de pie a Gasalla, que interpretaba a Mirta Bertotti, una madre argentina de clase media que atravesaba la vida con una mezcla de ternura, neurosis y coraje. El éxito fue tal que mantuvo la obra en cartel por varias temporadas, renovando públicos y conquistando nuevas generaciones.

  • Una carrera, mil personajes, una voz
  • Antonio Gasalla fue premiado una y otra vez: con Martín Fierro, con Premios ACE, con el Konex de Platino. Pero su mayor premio fue el cariño —y a veces el temor respetuoso— del público. Porque Gasalla decía lo que nadie quería escuchar, y lo hacía con una peluca, un gesto exagerado y una verdad brutal escondida detrás del chiste. Jamás fue complaciente. Siempre fue incómodo, desafiante, brillante.

  • 18 de marzo de 2025 – El telón cae en Buenos Aires
  • A los 84 años, Antonio Gasalla falleció en Buenos Aires, luego de una batalla silenciosa contra una enfermedad neurodegenerativa que, con el tiempo, le fue quitando la memoria, pero nunca la dignidad. La noticia de su partida conmovió al país entero. Había muerto un artista, sí, pero también una mirada lúcida sobre la Argentina.

Escrito por Editorial para la Edición #147 de Enciclopedia Asigna, en 04/2025.