Antonin Artaud fue un destacado dramaturgo y poeta del siglo pasado que además se desempeñó como actor y director, sin embargo, lo que lo haría más popular en el medio artístico de su tiempo sería la creación del Teatro de la Crueldad, un particular movimiento teatral que se caracterizó por la presentación de situaciones impactantes e imprevistas cuya misión es sorprender a los espectadores, es decir, la idea es que éstos se vayan de la sala con un mensaje cuya marca sea imposible de olvidar…
Antoine Marie Joseph Artaud, nació en la ciudad francesa de Marsella, el 4 de septiembre del año 1896.
Cuando Artaud tenía tan solo cuatro años de edad lo aquejó un severo cuadro de meningitis que afectaría tanto su calidad de vida como su temperamento para siempre.
Dolores físicos, recurrentes paranoias y una inclinación a la irritación y el nerviosismo lo acompañarían de por vida y hasta provocarían su internación en instituciones mentales en varias oportunidades.
Si bien su fuerte devoción religiosa lo haría poner un pie en el seminario, su también gran pasión por la literatura terminaría por torcer su vida profesional en este sentido.
En 1920 entra en contacto con el psiquiatra Edouard Toulouse, quien además era el creador de la revista Demain, publicación en la cual Artaud terminaría involucrándose como autor de artículos y también como secretario de redacción.
Tiempo después se metería de lleno en el ambiente teatral, primero estudiando teatro y luego ya como autor de piezas y director de obras.
Para esta misma época se produce su vinculación con el movimiento surrealista con el cual se comprometería a partir de diversos lugares, sería el director de la Central de Investigaciones Surrealistas y escribiría artículos en la revista La Revolución Surrealista.
Cuando corría el año 1936 sorprende instalándose en México.
En una primera etapa del viaje se dedica a dar conferencias sobre sus quehaceres artísticos y luego se instala a vivir con la comunidad indígena tarahumaras, experiencia que daría paso a la creación de su obra Viaje al país de los Tarahumaras.
Al año siguiente, 1937, regresa a su país y su salud se encuentra cada vez más en sería caída y debe ser internado en un asilo.
A partir de este momento comienza un largo peregrinar por diversas instituciones mentales, paradójicamente, al mismo tiempo, su obra también alcanza una notoriedad realmente importante a punto tal de erigirlo en una influencia para futuros autores.
Una de sus obras más trascendentes es el Teatro y su doble, que data del año 1938 y en la cual expone fielmente los postulados del particular movimiento teatral que le debe su origen, el Teatro de la Crueldad.