Si bien hoy día puede sonar extraño que alguien se dedique profesionalmente al mismo tiempo al comercio y a la ciencia experimental, hace cuatro siglos atrás resultaba ser un hecho bastante frecuente que los hombres desplegasen quehaceres contrapuestos, y asimismo que se interesasen por el estudio de varias materias al mismo tiempo, aun no teniendo las mismas relación alguna…
Comerciante de telas y científico holandés que realizaría grandes contribuciones a la microbiología, biología celular y en la construcción de microscopios
Y Anton van Leeuwenhoek, destacado científico y comerciante neerlandés durante los siglos XVII y XVIII, fue uno de esos tantos hombres que supo destacarse en dos disciplinas opuestas y con notable éxito y reconocimiento en ambas, especialmente en la ciencia, en la cual logró avances importantísimos para el futuro de la humanidad; está considerado como el precursor de la biología experimental, de la microbiología, de la biología celular e introdujo notables mejoras en la fabricación de los microscopios, con los cuales, a propósito, alcanzó observaciones de gran envergadura.
Orígenes, crecimiento como comerciante e investigaciones
Van Leeuwenhoek nació en Delft, Países Bajos, el 24 de Octubre del año 1632, en el seno de una familia menonita comerciante.
Cuando tenía seis años su padre falleció y su madre volvió a casarse al tiempo.
Su madre y su nuevo marido lo enviaron primero a un internado a Warmond, y luego se fue a vivir con un tío a Benthuizen.
A los 16 años de edad su padrastro falleció y entonces su madre lo envió a Amsterdam como aprendiz de un tratante de telas; tras adquirir experiencia como contable y cajero, en el año 1654, a su regreso a Delft, montó su propio negocio de telas y mercería.
Para esta misma época también tomó contacto con el microscopio simple, un instrumento ampliamente difundido en la actividad textil para examinar la calidad de las telas.
Para la década del sesenta obtuvo el cargo de chambelán del Lord Regente de Delft, nueve años después se convirtió en agrimensor, y en 1679 comenzó a desempeñarse como inspector y controlador de vinos.
A lo largo de su vida, Van Leeuwenhoek, fabricó 500 lentes y desarrolló fijaciones tanto para pequeñas lentes biconvexas montadas sobre platinas de latón que se sostenían muy cerca del ojo, así como estructuras del tipo microscopio en las que se podía fijar tanto la lente como el objeto a observar.
También fue un adelantado en la observación de bacterias y microorganismos y el primero en mencionar la existencia de los espermatozoides.
En una carta que envía a la Royal Society habla de «animáculos» muy numerosos en el esperma.
Otra pata fundamental de su trabajo experimental fue su férrea oposición a la teoría de la generación espontánea.
Asimismo, descubrió la levadura, se ocupó del estudio de los glóbulos rojos de animales y seres humanos, de la anatomía de varios insectos, y en lo que respecta al campo de la botánica, también supo dejar su huella estudiando la estructura de las hojas y de la madera de diversas especies.
Todos sus descubrimientos fueron compilados en: Opera omnia sive Arcana naturae ope exactissimorum microscopiorum detecta.
Mejoras que introdujo al microscopio
Pero sin dudas de todos sus aportes un párrafo aparte se lo merece el famoso microscopio, que si bien no lo inventó sí contribuyó muchísimo en mejorarlo…
El contacto con este elemento tan ponderado por la ciencia estuvo directamente vinculado a su labor como comerciante de telas.
Los utilizaba para observar precisamente la calidad de las telas que trabajaba y por tanto, para lograr una satisfactoria idea de la buena o mala calidad es que se ocupó de generar un elemento que no le dejase dudas en este sentido.
Claro, él era un comerciante y no un científico, por tanto, sus contribuciones llegarían a oídos de la prestigiosa asociación de la Royal Society a través de un compatriota médico.
Y a partir de ese entonces, van Leeuwenhoek, mantendrá una vinculación epistolar con la misma hasta su muerte.
En 1680 es incluido como miembro.
Cuando muere, le donó a la Royal Society 26 microscopios que nunca usó y cuando su hija falleció se venderá un gran lote de sus microscopios y lentes.
Lo insólito y más codiciado es que algunos de esos microscopios se vendieron con el plus de conservar al último espécimen que este gran científico había avistado a través de ellos.
Sus microscopios eran ciertamente insuperables en calidad ya que permitían más de 200 aumentos, sin embargo, el secreto sobre cómo los hacía se lo llevó a la tumba y hubo que esperar mucho tiempo para que apareciesen modelos tan potentes como los creados por él.
Recién a mediados del siglo XX se pudo llegar a una resolución tan relevante como la que había sabido crear van Leeuwenhoek.
A él le gustaba regalar sus microscopios, no venderlos, por ello, la venta recién se produjo tras su muerte.
A modo de homenaje, la Real Academia de las Artes y las Ciencias de su país, desde el año 1877, y con una periodicidad de una década, entrega la Medalla Leeuwenhoek, a aquel científico que haya realizado un significativo aporte a la microbiología en la década que lo precedió.
Van Leeuwenhoek falleció a la edad de noventa años, el 26 de agosto de 1723 en Delft.