Ángel Sanz Briz fue un diplomático español brillante, que honró su profesión con su profesionalismo, sin embargo, pasó a la posteridad no por un logro diplomático sino por el coraje que demostró al salvar unos cinco mil judíos húngaros mientras se desempeñaba como encargado de negocios español en Hungría.
Diplomático español que salvó del Holocausto a cinco mil judíos húngaros mientras se desempeñaba como encargado de negocios en Hungría
Corría 1944 y la crueldad nazi era cada vez más extrema, entonces, amparado en un decreto que databa del año 1924 le facilitó a unos cinco mil judíos húngaros los pasaportes españoles para que pudiesen escapar del horror.
Recordemos que en este conflicto, España, gobernada por el dictador Francisco Franco, se mantuvo al margen y no tomó partido por ningún bando, por lo menos en lo formal y público.
España sabía y lo permitió a pesar de su neutralidad
Más allá de esta situación, su accionar no fue frenado por las autoridades de su patria, e incluso se supo luego por diversas documentaciones que Briz había comunicado al gobierno español respecto de los vejámenes del Holocausto.
Esta acción de inconmensurable valentía y amor le valió el apodo de El Ángel de Budapest.
Había nacido en Zaragoza, un 28 de septiembre del año 1910.
Estudió derecho y la carrera diplomática.
Su primera labor diplomática fue como encargado de negocios en Egipto, luego en el mencionado destino de Hungría que lo haría célebre.
Luego continuaría su carrera en Estados Unidos, Lima, Guatemala y China, entre otros.
Premios y homenajes
A lo largo de su carrera recibió muchas condecoraciones aunque hay una muy especial y que está asociada a esa labor tan corajuda que efectuó en plena guerra nazi.
En 1989, en la residencia del embajador israelí en España se le entregó a su viuda la Medalla de los Justos entre las Naciones y se plantó un árbol en homenaje en el Monte del Recuerdo de Jerusalén.
Briz había fallecido hacía nueve años, en Roma, un 11 de junio.
En vida, el gobierno israelí quiso homenajearlo pero Franco no lo autorizó.
También ha recibido un reconocimiento muy especial de Hungría, donde una calle y un monolito llevan su nombre.