André-Jacques Garnerin se destacó en su patria, Francia, entre finales del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX por sus travesías como piloto de globos y por sus heroicas prácticas de paracaidista.
Entre sus hazañas más notables se cuentan, en el año 1790, la ascensión en un globo montgolfier, construido por el mismo, desde el cual se lanzaría en paracaídas a una altura de unos mil metros.
Su esposa, Jeanne Geneviève Labrosse, también fue una colega destacada ya que supo realizar travesías y prácticas similares a las de su esposo, incluso es dueña del hito de haber sido la primera mujer que saltó en paracaídas en el año 1798.
Y la pasión se hereda parece ya que la sobrina de ambos saltaría posteriormente en varias oportunidades copiando la habilidad de sus tíos.
André-Jacques Garnerin es oriundo de París, donde nació el 31 de enero del año 1769, un día antes del fin de año.
En la historia, Garnerin, está considerado como el primer paracaidista.
En su haber cuenta con muchísimos saltos, entre ellos el más osado e importante fue el realizado desde 8 mil metros de alto en la ciudad de Londres haciendo uso de un paracaídas de tipo campana.
Recordemos además que por aquel tiempo recién se comenzaba a desandar la práctica con lo cual los recursos eran más bien básicos y elementales, hecho que claro le ha dado a sus presentaciones un valor aún más importante.
Por lo expuesto y por la enorme repercusión que generaban estas demostraciones que realizaba es que Garnerin fue un personaje reconocido y admirado durante su tiempo.
Muchas de sus tiradas en paracaídas y ascensiones en globo eran apreciadas por muchísimas personas, generando espectáculos que eran imposibles de no presenciar.
A su inmensa pasión por el paracaidismo y el vuelo, André, hasta le daría su propia su vida, esto dicho de manera literal, ya que justamente falleció en el año 1823, un 18 de agosto, como consecuencia de haberse golpeado la cabeza con una viga cuando ultimaba los preparativos para volar en un globo dirigible.